La nuca de un maestro neuquino fue impactada por un balazo de gas lacrimógeno un 4 de abril del 2007. Fue tras la represión de una protesta en la Ruta Nacional 22. El disparo le hundió el cráneo. Carlos Fuentealba, docente y delegado sindical, fue asesinado hace 16 años por la policía provincial mientras se retiraba en auto tras un piquete.
Según testimonios, Fuentealba fue muy querido por estudiantes y compañeros. Incluso fue elegido como “Rey de la escuela” por sus alumnos de la CPEM N° 69 del barrio neuquino de Cuenca XV. Se trataba de un barrio pobre, en el documental “Carlos Fuentealba: camino de un maestro”, su ex estudiantes Dora Bravo remarcó, “nos empujaba y nos daba aliento”.
Durante su juventud, el maestro militó en el Movimiento al Socialismo (MAS) hasta la disolución del partido cuando trabajaba como obrero de la construcción. Una vez ya recibido como docente, fue elegido como delegado sindical de su escuela en el gremio neuquino ATEN.
Fue asesinado en el marco de una huelga docente por mejoras salariales. En ese contexto, el gremio ATEN decidió realizar un corte de ruta entre las localidades de Senillosa y Arroyito. Tras la represión y mientras los manifestantes se dispersaban, el policía José Darío Poblete le disparó con un gas lacrimógeno al auto en el que se retiraba el maestro con un grupo de docentes. Al día siguiente, Fuentealba murió hospitalizado a causa de las heridas.
Tras el asesinato, las centrales obreras llamaron a una huelga general. El gobernador Sobisch admitió en conferencia de prensa que ordenó la represión, por lo que los gremios docentes pidieron su juicio político. Nunca sucedió.
Neuquén tenía como antecedente las puebladas de los ’90 y el origen del movimiento piquetero. La represión fue la represalia del gobernador Jorge Sobisch contra un sindicato y un pueblo en lucha.