Por Leonardo Marcote
Pasaron más 100 días de la desaparición de Facundo Castro, 22 años, y Cristina, su mamá, no baja los brazos y por todos los medios de comunicación exige que su hijo aparezca de una vez. Desde el primer día de la desaparición de Facundo está convencida de que la Policía Bonaerense es la responsable directa de su desaparición luego de que lo detuvieran el 30 de abril cuando Facundo hacía dedo en la ruta para poder viajar a la Ciudad de Bahía Blanca a la casa de su ex novia para poder conversar con ella.
“Estamos preparándonos para salir a pelear una semana más. No he dejado de trabajar nunca, trabajo todos los domingos y justamente este domingo me tocó estar libre”, cuenta por teléfono Cristina Castro, en esta entrevista para Revista Resistencias, con un tono de voz cansado y doloroso pero firme y con esperanzas de encontrar a su hijo.
¿Qué sensaciones tenés hoy a cien días de su desaparición?
Todos los días pienso que va a aparecer y me va a decir: “Má, acá estoy. Estoy bien”. Todos los días espero eso y no pasa. Espero su abrazo de nuevo y no llega. Siguen pasando los días y él sigue sin aparecer. Yo estoy convencida, tengo la seguridad de que la policía le hizo algo y nada me va a hacer cambiar de opinión por más que intenten desviar la investigación yo estoy segura de que a mi hijo le pasó algo porque lo sentí yo, lo sentí en el cuerpo. Algo me dijo: “mamá estoy acá… búscame”.
Estaba viviendo en tu casa, había vuelto a su barrio
Este último tiempo había vuelto con nosotros. Se había venido a vivir conmigo a Pedro Luro porque se había separado de su novia. Él vivía en Bahía blanca con su novia desde hacía dos años y medio. Él estaba muy triste con la separación y lo único que quería era arreglar las cosas con su novia. Por eso él emprendió viaje el 30 de abril. Yo no quería que lo haga. Había discutido muchas veces por ese tema y yo me oponía rotundamente a que volviera. Pero él quería viajar para hablar con ella.
¿Cómo era la vida de Facu antes de desaparecer?
Era re amiguero. Él tiene a toda su gente acá, en Luro. Estaba trabajando en un local de cervecería artesanal y llegaba a casa a las cinco, seis de la mañana. Se levantaba estaba con nosotros un rato y después salía nuevamente para su trabajo. Cuando salía algún torneo de vóley y yo cambiaba horarios para poder participar él se prendía conmigo y jugábamos juntos en el mismo equipo. Cuando Facu estaba en casa tenía la casa llena de pibes. Lo conocen todos. Un pibe educado, bueno. Yo me crié a la par de mis hijos, siempre lo digo. Mi primer hijo lo tuve a los trece años y me crié a la par de ellos. Yo tengo tres hijos. Facu es el del medio.
¿Qué podes contarnos de las últimas novedades del caso?
Hay una casa de vialidad cerca de la ruta que los tres perros fueron directamente ahí. En el fondo de esa casa encontraron unos huesos quemados. Todo el mundo dice que en esa casa se junta la gente de la policía Bonaerense. En estos momentos estamos esperando la orden de allanamiento para poder investigar esa casa.
¿Qué representaba para Facundo la vaquita de San Antonio que fue encontrada en la comisaría de Teniente Origone?
Representaba un montón de cosas. Él me la pidió mucho para llevársela de casa porque yo la tenía al resguardo. Él se llevo la de él porque me decía que era como llevarse a la abuela encima. Cuando se fue a vivir a Bahía la tenía con él y cuando volvió de Bahía la tenía también con él.
¿Cómo haces para organizarte para trabajar y al mismo tiempo seguir buscando a tu hijo?
Si bien en mi trabajo me ofrecieron que no fuera a trabajar y que me tomara el tiempo que yo necesite para buscarlo, yo necesito ir trabajar y cargar mis pilas, mis energías. Me organizó, cambio horarios con mis compañeras. Mis días arrancan a la seis de la mañana y terminan a la 1 de la madrugada.
¿Qué es lo último que pensás cuando culminas el día?
Todas las noches pidiéndole a Dios que me lo devuelva. Facu es de nosotros, no es de sus desaparecedores. Facu es de su familia, de sus amigos. Que me lo devuelvan. Este como este. Yo sé que algo malo le hicieron porque lo siento así y tengo la necesidad de encontrarlo y devolvérselo a los míos. Es nuestro, no es de ellos.