|Video: Julieta Piermaría
|Voz y texto: Leonardo Marcote
En el día de su natalicio, homenajeamos a María Claudia Falcone, militante estudiantil y de la organización Montoneros, quien fuera secuestrada en la Noche de los Lápices y desaparecida por la genocida dictadura militar argentina.
Cuando era chica María Claudia Falcone soñaba con armar una banda de rock junto a sus amigas. Le comentó la idea a Nelva, su mamá, y a ella casi le da un infarto cuando se enteró el nombre que Claudia había elegido para bautizar la banda, la llamaría: “Jamón Cocido”. “El nombre es poco original porque mejor no pensas uno en ingles”, le recomendó la vieja militante peronista.
María Claudia comenzó a crecer y de apoco cambio sus deseos musicales por la política. No se aguantó ver a pibes y pibas sufriendo y lejos de ponerle un nombre en inglés a su banda, años más tarde, la vieron quemar una bandera yanqui en la puerta de un colegio.
Todo lo que aprendió en el Bachillerato Bellas Artes de La Plata lo enseñó en las villas platenses durante los años ‘74 y ‘75
Cuando la revolución estaba a la vuelta de la esquina Claudia tenía trece años y no dudó en sumarse a la Unión de Estudiantes Secundarios. Entre muchas acciones que tuvo en su corta pero intensa vida, luchó por un Boleto Estudiantil cuando ella vivía a solo dos cuadras del colegio. No fueron los que le tocaron, los años más felices para militar sin embargo, siguió con sus acciones hasta el final. Sabiendo que su compromiso político podía costarle la vida. Su pasión se dividía entre la militancia y la amistad. Acompañaba a sus amigas a la cancha de Gimnasia y Esgrima de La plata, a los recitales de Sui Generis, o a las peñas que organizaban los Centros de Estudiantes. Era una apasionada del dibujo y se pasaba largas tardes dibujando cómics con su hermano o viendo juntos películas del Grupo Cine Liberación. Claudia lloró de bronca cuando vio la película “El camino hacia la muerte del viejo reales”, no soportaba ver la injusticia y por eso transformó su bronca en lucha.
Hoy ya no quedan lugares oscuros para recordarla. Solo queda pensar a María Claudia Falcone desde la alegría y la entrega por un país mejor. A los desaparecidos y desaparecidas se los recuerda desde la resistencia y el amor. Hasta la victoria siempre, María Claudia .