El Hospital Nacional Laura Bonaparte, referente en el tratamiento de salud mental y adicciones, corre peligro. Sus trabajadores y trabajadoras denuncian desde el viernes pasado las intenciones del gobierno de cerrar el nosocomio. Por su parte, el Ministerio de Salud anunció en un comunicado un “plan de reestructuración” para “priorizar la asignación de los recursos”.
“Crueldad”, la definición que resuena ante cada decisión del gobierno, hoy está impresa en las paredes del Hospital Bonaparte, así como otros carteles en señal de protesta. “Que nos sigan diciendo crueles”, manifestó Adorni durante una entrevista en La Nación. El vocero presidencial volvió a hablar de “reestructuración”, por un presunto “desfasaje entre cantidad de empleados y pacientes”
De acuerdo a la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), el hospital le brindó atención a “más de 25 mil personas” en lo que va del año y en la actualidad hay más de 30 personas internadas. Además, aclararon que de los 612 trabajadores, 312 son profesionales de asistencia y del departamento de investigación, mientras que 300 son administrativos y de mantenimiento.
Los y las profesionales del hospital permanecen en la institución desde el viernes en medio de la incertidumbre mientras garantizan la atención de los pacientes. “Ellos hablan de cierta reestructuración y derivaciones, pero todavía no hay nada. Eso es una fake news porque todavía no hay ningún plan en relación a las derivaciones”, explicó Anabel Buczek, psicóloga del hospital en dialogó con Revista Resistencias.
“Nos quieren suicidar”
El pasado lunes 7 de octubre, cientos de personas se congregaron para realizar un abrazo al Hospital Bonaparte, entre ellos, los usuarios del servicio. Gianni, de 37 años, se atiende allí desde la pandemia, llevó un cartel que dice “En el Bonaparte me salvaron la vida”, “fueron dos veces”, aclaró. “Siento que desde arriba nos quieren suicidar. Sería una re posición política decir ‘no me van a suicidar’, pero a veces no podes”, manifestó ante este medio.
Los usuarios, usuarias y usuaries del hospital sostienen que la atención que reciben es de excelencia. “Es mi lugar seguro”, “el Bonaparte es mi refugio”, “si nos sacan el Bonaparte nos matan”, resaltaron tanto en los carteles que pegaron en las paredes de la institución como en las charlas durante la protesta del lunes.
El sentimiento de angustia se apoderó de las conversaciones entre usuaries, comentaron desde episodios de llanto hasta ataques de pánico tras la noticia. Otro de los temas recurrentes es la preocupación por su medicación: “Un doctor que estaba hablando dijo que esto era terrible porque dejar la medicación abruptamente tiene efectos adversos y episodios horribles. El que no la pasó no va a entender, pero es espantoso” recalcó Gianni.
La importancia del Hospital Bonaparte
El Hospital Laura Bonaparte, ubicado en el barrio porteño de Parque Patricios, atiende desde adultos hasta adolescentes y niños. Desde una perspectiva de Derechos Humanos, “promueve el trabajo interdisciplinario e intersectorial, tanto hacia adentro del propio Hospital, con la conformación de equipos; como hacia afuera, con el armado de redes de trabajo interinstitucionales, intersectoriales y comunitarias”, explicaron en su web.
Al igual que Gianni, otros usuarios manifestaron que pasaron por diversas instituciones de salud mental donde fueron vulnerados o violentados. Resaltaron que en el Bonaparte es diferente. “Trabajan en equipo interdisciplinario. Yo tenía un psiquiatra, una psicóloga, mi trabajadora social y hoy iba a tener mi musicoterapeuta, me lo iban a sumar al tratamiento. Está buenísimo porque ven un caso desde diferentes perspectivas”, expresó Gianni.
“Incluimos a toda la población, la comunidad LGTBIQ+, gente con mucha vulnerabilidad o en situación de calle. Suele suceder que se acercan personas que en otros lugares no encuentran la atención que necesitan o son excluidos”, remarcó Buczek. “Acá atienden hasta chicos con adicción al paco que en otro lado son rechazados y los sacan adelante”, resaltó una usuaria.