Por David Pike Lizárraga / Fotos: Julieta Gómez Piermaria.
Si uno escucha con atención los discursos, reconocerá las distintas miradas que expresan los movimientos populares presentes, sin embargo todos coinciden: hay un antes y un después del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Por eso y por tantas otras cuestiones, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) cortó el Puente Pueyrredón a 20 años de la Masacre de Avellaneda para realizar un acto homenaje a estos dos militantes.
“La figura de Darío de ir a buscar a Maxi en vez de salvar su vida, para mi hay un antes y un después”, nos dice Esteban “Gringo” Castro mientras nos pide ponernos en la sombra, ya pegaba el sol de las primeras horas de la tarde y al secretario general de la UTEP le molestaba. “Un antes y un después, no somos los mismos movimientos sociales de hace 20 años”, asegura Dina Sánchez, secretaria adjunta del gremio, mientras la acompañamos por la bajada del puente notoriamente satisfecha tras el acto.
Las columnas se empezaron a juntar desde la media mañana del sábado 25 en la bajada del Puente Pueyrredón, muchos venían caminando desde la estación Darío y Maxi convertida en una muestra permanente de arte y lucha. Observaban los escenarios que se montaban a la salida de la estación para el festival que se llevaría adelante en la noche del sábado con la presencia de la familias Kosteki y Santillán, como parte de los actos conmemorativos.
A la UTEP no le cuesta demasiado esfuerzo llenar el puente, sin columnas muy nutridas para su capacidad de movilización, en un rato llenó las subidas desde Avellaneda hasta pasando el Riachuelo completo. “El 25 y 26 son días emblemáticos de este mes tan simbólico para los sectores populares, porque Darío y Maxi exceden la organización en la que militaron e incluso a los sectores organizados, sino que están presentes en gran parte de la memoria de nuestro pueblo”, nos cuenta Mariano Pacheco, ex compañero de Darío, su biógrafo y actual militante del Movimiento Evita.
La digna herencia
“Nos quedó la idea de que había que construir una organización nacional que pudiera defender los derechos de los trabajadores que estaban sin derechos y que había que reconstruir el movimiento nacional, hasta ese momento era imposible pensar esto y eso lo aportó la donación de vida que hicieron estos compañeros”, nos dice el “Gringo” Castro.
Las referencias a la crítica de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, a los movimientos sociales dichas el lunes pasado, estuvieron presentes en los oradores del acto. La voz del secretario gremial de UTEP y dirigente del Movimiento Evita, Gildo Onorato, resaltó en sus palabras que hay una parte de la clase política que no entiende las nuevas formas de trabajo. La expresión de que Evita estaría orgullosa del papel que cumplen los movimientos populares en las barriadas humildes fue la elegida por el orador de la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
“Si nos atacan es porque algo estamos haciendo bien”, nos dice Dina del Frente Popular Darío Santillán. “Después de 20 años siguen los ataques con los libertarios diciendo que hay que frenar la protesta social, los medios hegemónicos poniendo en duda nuestro trabajo y nuestras construcciones por eso es importante resaltar la semilla de Darío”.
Para Mariano Pacheco, “la economía popular expresa la digna herencia de los piquetes, de las puebladas y los cortes de ruta, pero con un salto en calidad muy importante, estamos con una extensión territorial enorme en todo el país y con una capacidad de movilización de masas muy fuerte”. Y asegura que, “nos deja a un paso para poder avanzar en una estrategia política común junto con el movimiento obrero organizado y todos aquellos sectores que puedan congregarse para pensar una patria libre y soberana en el siglo XXI”.
Dina, también, resalta la emoción, “Darío estaba en una toma de tierra y tenía una bloquera, eso se multiplicó a lo largo y ancho de todo el país, nosotros con la lucha logramos conquistamos el registro de barrios populares que permitió mejoras y trabajo… Nosotros venimos de los MTD, es imposible no llorar, que no se te haga chinita la piel y por otro lado, es imposible no llenarte de mucho orgullo, no somos los mismos movimientos sociales de hace 20 años”.