Por David Pike
En un nuevo San Cayetano, la UTEP saldrá masivamente a la calle con un fuerte mensaje político, “las y los pobres ya no esperan”. Los movimientos populares que expresan mayormente su apoyo al Frente de Todos, muchos de los cuales forman parte de la gestión, saldrán a la calle a disputar sus reivindicaciones sectoriales. “Para proponer una salida de la pandemia desde abajo”, reclamarán un Salario Básico Universal y financiamiento estatal para los proyectos productivos de la economía popular.
El nuevo secretariado de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular se reunió este jueves y resolvió unitariamente realizar el 7 de agosto esta ya “tradicional” jornada de lucha. Las distintas expresiones que tiene el sindicato coincidieron en la necesidad de esta acción. Los reclamos postergados por la emergencia de la pandemia y una situación económica que se ha vuelto aún más angustiante, son el acumulado para la demanda que acompaña la convocatoria.
El clima político
A este acumulado, hay que sumarle un clima político de malestar por el cierre de listas del Frente de Todos que relegó a lugares secundarios a las expresiones políticas de los movimientos populares (a pesar de ello, ya anunciaron que participarán de la campaña). Este frente político que en 2016 había dado lugar a las distintas expresiones sociales que resistieron al macrismo en un amplio abanico, se enfocó en su último armado en las expresiones propias del sistema político. Representando al ejecutivo, el kirchnerismo y el massismo, relegando las expresiones de los nuevos emergentes sociales y los movimientos populares. Hasta los sindicatos tradicionales tuvieron un espacio menor, destinado solo para renovar lo vencido.
Habrá que agregarle a este contexto, la pronta designación de un nuevo ministerio de Desarrollo Social. Las versiones circulantes por ahora lo ubican fuera de la órbita de los movimientos populares. Un momento propicio para mostrar la fuerza de movimientos y la masividad de las y los trabajadores de la economía popular.
La agenda del Salario para todes
En las últimas semanas, se renovó el debate sobre la posibilidad de implementar un salario básico universal, desde el ejecutivo se muestran interesados, pero reticentes a implementarlo en el corto plazo. Se excusan en el problema fiscal.
Desde la UTEP, presentaron un documento “frente al debate por las políticas sociales” donde definen al Salario Básico Universal. “Es un derecho permanente garantizado por ley para los trabajadores/as informales, de la economía popular, de cuidados, población rural o estudiantes que no están laboralmente organizados en unidades de gestión ni tiene otro beneficio”.
A la vez aclaran, que este “no reemplaza al salario social complementario”, sino que se le sumaría al mismo, “los trabajadores que están en unidades de gestión realizando tareas establecidas en los “planes de trabajo” que exige el Programa Potenciar Trabajo deben cobrar un ingreso total equivalente al Salario Mínimo Vital y Móvil”.
Unas semanas atrás, Claudio Lozano presentó un proyecto de ley al respecto y entre las bancadas de los movimientos populares estarían próximos a presentar otro. El tema está en agenda y ya le valió una despectiva editorial del diario La Nación.
Desarrollo desde abajo
Entre las reivindicaciones de este 7 de Agosto, está la financiación crediticia de los emprendimientos productivos de la economía popular, la cual los movimientos requieren que “no se limite a complementos salariales, sino una fuerte inversión en infraestructura productiva, maquinarias, herramientas, materiales e insumos”.
Al respecto, el mismo documento plantea que “la Argentina post-covid debe apostar fuertemente al desarrollo de las principales ramas de economía popular como las actividades ambientales y de reciclado social, la construcción e infraestructura urbana, las pequeñas manufacturas y los servicios sociocomunitarios priorizando a los niños, niñas y adolescentes, liberados y personas en proceso de recuperación de adicciones”.
Recuperar la unidad de acción
Aquel histórico 7 de agosto de 2016, en el que cientos de miles se movilizaron en las columnas de la CTEP, la CCC y Barrios de Pie, desde ese día los cayetanos, puso en la escena política al sujeto social “que se inventa su propio trabajo”. Estos trabajadores que han sido expulsados del mercado formal de trabajo, producto de la concentración económica propia de la etapa actual del sistema capitalista y que bajo el mismo, no van a ser reincorporados.
Las y los desposeídos que a lo largo de las últimas dos décadas construyeron los movimientos populares que en aquella fecha sellaron la unidad de clase y que en el último tiempo formalizaron con la herramienta gremial de la UTEP. Este movimiento fue el eje principal de la resistencia al macrismo y por ello logró ocupar en el actual gobierno de Fernandez una parte importante de la gestión del Ministerio de Desarrollo Social.
La emergencia de la pandemia, la política sanitaria que desplegó el gobierno nacional y sostenimiento de la alimentación y los cuidados en los barrios humildes, impidió o postergó expresar en la calle y a gran escala las demandas de los movimientos organizados en la UTEP. Como reconoció el propio Grabois, los movimientos populares que se oponen al gobierno nacional lograron captar el descontento con la situación social con masivas movilizaciones.
Tierra, Techo y Trabajo
El próximo sábado los movimientos populares prometen movilizar cientos de miles de personas desde el Santuario de San Cayetano en Liniers hasta la mismísima Plaza de Mayo, con el mismo programa que aquella primera vez, “Tierra, Techo y Trabajo”. Será una enorme expresión de clase, por fuera de los cargos, la rosca y las alianzas electorales, con un fuerte mensaje político post pandemia, “ya no esperan, trabajan, se organizan y luchan””.