|Por Ailín Colombo
Óscar Castelnovo es periodista, escritor y militante por el abolicionismo penal. Conoce la realidad de las cárceles de cerca: dictó talleres de periodismo y expresión dentro de muchas de ellas e integra la Agencia para la Libertad, un medio anticarcelario y antirrepresivo. Charlamos con Castalnovo en el marco de las huelgas dentro de las prisiones a lo largo y ancho del país para quien las cárceles argentinas “son el encierro dentro del encierro”.
Durante las últimas semanas se registraron protestas en las unidades penitenciarias cuyo principal reclamo fue la restitución de las visitas suspendidas a fines de marzo, cuando se estableció el Aislamiento Social Obligatorio. En la provincia de Buenos Aires, las protestas que tomaron mayor visibilidad fueron las de la Unidad 10 de Melchor Romero, la Unidad 32 de Florencio Varela, la Unidad 46 y 48 de San Martín. Hay que tener en cuenta, que según Correpi, se registran 50 muertos por covid 19 en las prisiones argentinas, por lo tanto, las demandas incluyen mejoras en la calidad de vida y salubridad.
“Lo que se reclama es lo que hicieron más de cien naciones en el mundo, la conmutación de penas a través de libertades morigeradas y pulseras electrónicas. Medidas que se tomaron en los cinco continentes. ¿Por qué? Porque así lo recomendó la OMS, la ONU y distintas organizaciones ya que es un peligro (debido a la pandemia). Entonces los países acataron y Argentina no”, explicó Castelnovo. Además relacionó la inacción del gobierno con la especulación electoral, “para colmo, el Presidente Alberto Fernandez y el gobernador (bonaerense) Axel Kicillof mintieron de que la decisión (de conmutar penas) era meramente judicial y no es así porque las constituciones nacional y provincial habilitan al poder ejecutivo a conmutaciones de penas y compensaciones. Se negaron para no pagar el costo político de perder votos a manos de la ultraderecha, o sea, a manos del macrismo”.
“En países como Estados Unidos, Brasil y Turquía , con gobiernos de derecha, liberaron presos y presas. Esta decisión fue tomada por gobernadores, legisladores y la Justicia de cada país que dijeron ‘No queremos ser responsables de un nuevo genocidio’”, mencionó a poposito de experiencias en otras partes del mundo.
Durante las protestas, tanto las de las últimas semanas como las del mes de abril y mayo pasados, se reprimió a los presos y las presas con la participación de las fuerzas penitenciarias, gendarmería y las policías provinciales. El saldo de heridos es de mil detenidos y, en la provincia de Corrientes, se registró un fusilado, Kevin Candia, un joven de 22 años que estaba recluido en la Unidad Penal 1. Candia recibió tres disparos de plomo en el marco de una huelga de hambre.
Sobre la situación dentro de las cárceles durante la pandemia, Castelnovo manifiesta que “nadie recibe visitas, las condiciones de higiene y alimentación empeoraron, no hay espacios de recreación, estudio ni talleres”. Además agregó que fueron suspendidas las salidas transitorias y permisos especiales de trabajo o estudio, “ahora se quedan todo el día en el penal a contagiarse de coronavirus en lugar de quedarse en sus casas. Es el encierro dentro del encierro”.
Para el periodista, “hubo represión como nunca se vió en el periodo al que ellos (el poder político) llaman democrático y constitucional. (…) Vamos a comparar (la represión dentro de las prisiones) con el amotinamiento de la bonaerense, que rodeó la Quinta de Olivos y no hubo una mera sanción, si no que por el contrario, el gobernador Kicillof sumó diez mil efectivos, más patrulleros y anunció la construcción de más cárceles”.