|Por Paula Farbman

Durante el año previo a su asesinato, el sacerdote escribió las letras para una obra musical  pensanda para ser cantada en las Misas del Tercer Mundo. Canciones que hablan de Jesús y la lucha contra la injusticia y la explotación. A 47 años del asesinato de Carlos Mugica, hablamos con Galo García y Fernado Collados, dos integrantes del Grupo Vocal Argentino que protagonizaron la grabación de un disco que sería prohibido por las fuerzas policiales previo a la dictadura civico-militar.

¿Cómo nace el Grupo Vocal Argentino y cómo conocen al Padre Mugica?

Galo García : El Grupo Vocal Argentino, tiene su primer origen en un gran músico argentino que se llamó Chango Faria Gomez, que nació por el año 66 mas o menos, que fue el año que nos convocó. Los 5 integrantes originales éramos: Chango Farías Gómez, Jorge Raúl Batalle, Luis María Batalle, y Amilcar Daniel Scalisi y yo Galo Hugo García, de los cuales soy el sobreviviente. Todos los demás han partido. Para los años 72 o 73 el grupo estaba desarmado porque Chango había tenido que exiliarse, y conocimos al Padre Carlos Mugica en una reunión y le interesó mucho. Él era amigo de un músico, Roberto Lar, a quien finalmente le encargó hacer la música. Con él se puso de acuerdo en hacer una música que sea la Misa del Tercer Mundo. Para esa formación estábamos los cuatro de los componentes originales, sin el Chango. Ahí fue que entró Fernado Collados.

Conocimos a Mugica y tuvimos unas cuantas reuniones con él porque él iba escribiendo los diferentes momentos de la misa, que son el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus, y el Agnus Dei. Él hizo una misa que aclaró que no era litúrgica, pero sí era una Misa que hoy día diríamos: muy combativa.

Nos juntábamos en la casa de un amigo de Roberto Lar, el autor, y ahí estaba siempre Carlos Mugica escuchando y haciendo una recomendación que yo siempre la menciono porque él la remarcaba un montón: quería que se entienda la letra. Porque si escuchas los conjuntos vocales, en el modo de cantar polifónico, el tema es que a veces cuesta que se entiendan las letras. En cambio, cuando cantamos la Misa del Tercer Mundo se puso especial atención en que siempre se entienda la letra, además de que se disfrute el arreglo y la acción musical.

Eso fue entre el 73 y el 74 y finalmente la gente de la RCA Víctor pensó que era un trabajo para hacer una producción para toda Latinoamérica, con lo cual nos puso a disposición una orquesta de 50 músicos, lo cual hoy es impensable. Carlos vino una sóla vez porque siempre estaba trabajando. Cuando él escuchó los ensayos y estuvo de acuerdo dijo ”bueno ya la pueden grabar”. Confió en que lo íbamos a hacer bien y realmente salió muy bien.

¿En qué instancia estaba el disco cuando lo asesinaron?

G: Cuando asesinaron a Carlos estábamos a días de estrenarla en público. Nosotros decidimos hacerla igual, en honor a Carlos. Cuando estábamos ensayando en el teatro, cayeron las fuerzas policiales y el Ejército y nos prohibieron hacerla. Nos salvamos de que nos llevaran a nosotros, pero no se pudo hacer. En ese momento, ellos tomaron la discográfica RCA y quedó cerrada. Destruyeron las matrices de los discos. Destruyeron 50.000 discos. Los únicos discos que se salvaron de esa grabación original fueron los que regalaron a los integrantes y la obra quedó prohibida.

Después de ese momento, nos dispersamos todos porque la vida era muy peligrosa y había que cuidarse. Yo tenía 3 niños chiquitos. Dejé de cantar bastante tiempo por seguridad y muchos años después, más o menos cinco años, formamos el grupo de Quinto de Cantares, donde somos parte Fernando y yo de los originales del Grupo Vocal Argentino.

Foto: Página12

¿Ustedes habían tenido algún acercamiento previo a la música religiosa o se sentían atravesados por la religión?

G: No estaba lejos de eso. Con el Grupo Vocal Argentino original grabé la Misa Criolla. Por otro lado, no estoy peleando con la Iglesia. No soy un católico militante, pero suelo tener amigos curas y me llevo bien. De hecho, Carlos era un ser muy especial. Por otro lado, yo comulgaba muchísimo con su mirada política y social. Desde mi lado, fue fácil.

Hay algo que sí quiero recordar que fue la actuación más emotiva que hemos tenido que fue un día que la cantamos en la Villa 31, al lado del mausoleo de Carlos, integrada a la misa de la capilla Cristo Obrero. Fue la primera vez que la cantamos durante la misa y en el ámbito en el que trabajaba siempre Carlitos.

Fernando: Estos días estuve escuchando mucho sobre el Padre al acercarse la fecha. Mugica tenía mucha afinidad con Perón. Él fue a ver a Perón a España. En ese viaje fue que se comenzó a formar el movimiento de curas tercermundistas. Fue testigo en París del Mayo Francés. Ahí conoció a muchos curas argentinos, que luego llevaron a Latinoamérica y lograron gestar en Brasil y ahí se fue esparciendo.  A la vuelta del exilio de Perón, había mucha controversia. El día que los echó de la Plaza, los únicos que se quedaron fueron Mugica y el movimiento villero.

Compartieron el último tiempo con él, ¿cómo era Carlos cuando se reunían pese a todas las tensiones que estaba viviendo?

F: Siempre lo vi bien, o por lo menos no demostraba su malestar. Nunca lo vi nervioso ni asustado. Él sabía cuál era su destino.

G: Cuando estuvimos en la capilla de la Villa 31 nos contaban que más de una vez, cuando él estaba dando Misa, era sobrevolado por helicópteros e interrumpía la Misa y salía al atrio de la villa a cantar con toda la gente: ¡No tenemos miedo! ¡No tenemos miedo!. Esto demuestra que su valentía estaba por encima de las amenazas. Fue objeto de amenazas, sin ninguna duda, él sabía que haciendo lo que hacía podía pasar en cualquier momento.

F: Es lo que pensábamos nosotros cuando grababamos la Misa, que también podíamos ser nosotros.

G: En la época del 73 nadie tenía comprada la vida. Pero Carlos nunca tuvo miedo, al punto tal que hay anécdotas de su amigo Capelli, que cuando lo balean a Mugica, también lo balearon a él y cuando vino la ambulancia y los llevó al Hospital, Múgica pidió que lo atendieran primero a su amigo porque no tenía nada que ver. Salvaron a Capelli, pero cuando lo fueron a atender a Carlos ya era tarde porque tenía muchos más impactos de bala. Fue ametrallado. Si bien es dramático, esto pasó acá

¿Cómo surge la idea de grabar nuevamente la Misa?

G: El Quinto de Cantares es la agrupación de más cariño y apego que tengo porque somos amigos de muchos años. Cuando dejé el Grupo Vocal Argentino me integré al Quinto de Cantares con Fernando, Oscar Escalada, “Rolo” Amy y Eduardo Rosas. La inquietud de que la Misa para el tercer Mundo fuera interpretada por el Quinto de Cantares fue una idea de Fernando. Se decía que venía el papa Francisco a la Argentina y queríamos armarla. Parecía imposible porque no había manera de hacer los arreglos y tener los músicos ni las voces de la original. Sin embargo, Oscar Escalada demostró su capacidad de arreglador y transformó una obra hecha para una gran orquesta para un grupo de 5 voces y 4 o 5 instrumentos típicos, tan original como la otra. No le sobra ni le falta nada, está igual.

F: La idea de hacerla era porque Bergoglio lo conocía a Mugica y fue uno de los que llevaba el cajón cuando lo fueron a enterrar a Mugica. Tenía cierta simpatía con él y quisimos mostrarsela. Finalmente no vino y Galo se la llevó en un viaje al Vaticano, pero no sabemos si la escuchó. Se la dio a uno de los secretarios que le juró que se la iba a entregar, pero no tuvimos noticias. Más allá de eso nos parecía que era una obra extraordinaria que estaba dormida y había que resucitarla de vuelta. La idea era reflotarla y poder mostrarla. Esta obra, políticamente, debe tener algún asunto que habrá gente que no la quiere escuchar.

Es una Misa testimonial, que cuenta lo que pasaba en aquel entonces, lo que pasó y pasa actualmente, que tristemente sigue cada vez ahondandose más la pobreza, la necesidad de inclusión en el ámbito laboral, educativo y todo lo que conlleva en una sociedad. Cada vez tenemos más pobres y el cura Mugica con su Misa, cada vez está más vigente con su lucha, en rescatar a esa gente que no puede subir un escalón más en la sociedad.

G: Quiero completar que la letra original de Carlos incluye a los hacheros del norte, a los mineros bolivianos, a las favelas del morro, a todos los latinoamericanos que justamente es con lo que él conecta en los trabajos de campo que hacía en los seminarios. Su vivencia fue muy cercana con la necesidad, la pobreza, la falta de educación y la dificultad del hambre, que hoy todavía sigue. La misa no es festiva, es conmovedora.

F: La misa te está contando una realidad que lamentablemente continúa pasando actualmente.