|Por Violeta Amarilla, estudiante secundaria.

Después de varios intentos fallidos, el día 12 de octubre, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) finalmente logró la puesta en marcha del mal llamado Programa de Vuelta a Clases. Con la excusa de que se busca la revinculación de les chiques y con el apoyo incondicional de los medios de comunicación, que repiten sin cesar que el 2020 es un año perdido, la Ministra de Educación, Soledad Acuña, pasa por alto muchas cosas; sobre todo, que las clases nunca pararon.

Las clases fueron sostenidas con el esfuerzo de les docentes y las familias, que aportaron internet de sus recursos económicos, sus números telefónicos particulares y disponibilidad de 24 horas al día, los 7 días de la semana. Arriesgándose, incluso, a ser sumariades por el Gobierno de la Ciudad por obtener tarjetas telefónicas que permitieran a les chiques acceder a datos móviles para videollamadas, como es el caso del supervisor del distrito 19 que recibió un castigo ejemplificador por su solidaridad.

En el marco de la desaparición de 800 millones de pesos del presupuesto destinado a las canastas alimentarias, las comunidades educativas nos organizamos para sostener el vínculo pedagógico y a las familias: desde el colectivo docente, que rastrea a les chiques que se encuentran incomunicades, para acercarles las tareas y los bolsones; las cooperadoras, que reúnen y aportan recursos económicos para proporcionar canastas alimentarias, materiales escolares y conectividad; hasta les estudiantes, que nos hemos comunicado con Unidades Básicas para proveernos de alimentos y organizar ollas populares. Además, las comunidades educativas nos hemos articulado con agrupaciones vecinales, centros culturales y organizaciones sociales para canalizar los reclamos de conectividad por la vía judicial.

Con una propuesta vacía de contenido pedagógico, completamente divorciada de la realidad de nuestras escuelas, el GCBA expone al contagio a les chiques, les docentes y sus familias, en medio de un pico de pandemia, imponiendo un protocolo que nunca fue consultado con ninguna parte de la comunidad educativa.

Esta resolución, replicando tensiones políticas entre el GCBA y el Gobierno Nacional, desde una postura marketinera desconoce la trayectoria escolar que se ha llevado adelante desde principios de la pandemia y arroja serias dudas respecto a sus finalidades. ¿Por qué el Gobierno de la Ciudad deja de lado la verdadera solución para la revinculación y evita una y otra vez dotar de dispositivos y conectividad a les alumnes que no tienen acceso? ¿Por qué elige exponernos al contagio, para recibir una hora y media de “actividades recreativas”, en lugar de cumplir su responsabilidad como garante de la educación?

Les secundaries aseguramos que las condiciones para la vuelta a clases no están dadas. No sólo por la situación de pandemia en que nos encontramos, sino también porque el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sigue sin hacerse cargo de los problemas de infraestructura escolar que venimos denunciando hace tiempo.

Venimos reclamando desde marzo que el GCBA entregue los dispositivos y otorgue conectividad, y que asegure los bolsones para que les chiques puedan alimentarse en este contexto en que la pobreza en CABA aumentó en más de 7,6 puntos porcentuales alcanzando el 28%*.

Para que estudiar siga siendo un derecho y no un privilegio.


*https://chequeado.com/hilando-fino/la-pobreza-en-la-ciudad-de-buenos-aires-aumento-76-puntos-en-un-ano/

*Imagen de portada: Diario Z