Tras una sexta jornada consecutiva de protestas, se ha conocido la triste noticia que dos manifestantes han sido asesinados por la represión policial. Estos graves hechos han generado la renuncia de 13 de los 18 ministros de gabinete del nuevo gobierno de Merino.

El pasado lunes, el presidente electo por la votación popular Martín Vizcarra fue destituido por “incapacidad moral” al estar acusado de hechos de corrupción en su anterior mandato como gobernador. A pesar de encontrarse aún en instancia de investigación, Vizcarra fue destituido para que asumiera Merino, miembro del partido de centro derecha Acción Popular.

Desde aquel día hasta hoy se han producido protestas y enfrentamientos con la policía, en una rebelión popular contra la clase política que pide la renuncia de Merino, la convocatoria de ayer se realizó bajo el lema #MerinoNoMeRepresenta. "La consigna es clara, 'Fuera Merino', 'Abajo el golpe' y se comienza a escuchar otra consigna más estratégica: por una 'Asamblea Constituyente'", cuenta José Carlos Llerena, militante peruano de ALBA Movimientos entrevistado por Carlos Aznárez para TeleSur.

Perú, el segundo mayor productor mundial de cobre, que transita una crisis económica producto de la pandemia, ha vivido en las últimas dos décadas constantes escándalos de corrupción que han llevado a tres ex presidentes a prisión preventiva y otro al suicidio.


Compartimos fragmentos de una entrevista a José Carlos Llerena, militante de ALBA Movimientos, Capítulo Perú y perteneciente a «La Junta», una organización social y política popular realizada por Carlos Aznárez para TeleSur.

“Lo que acaba de acontecer el lunes 9 de noviembre responde a una crisis política que en Perú se viene arrastrando, agudizando e intensificando desde 2017. Coincide con las investigaciones del caso Odebrecht que básicamente generó una crisis en el aparato estatal, una disputa de las élites dominantes, que tiene como consecuencia, por ejemplo, que todos los ex presidentes elegidos en períodos democráticos están detenidos preventivamente e investigados por casos de corrupción”.

“El pueblo en las calles está indignado, estamos recién comenzando a demostrarlo con todo. Desde la misma noche del 9 de noviembre se movilizaron miles de personas al Congreso. Digamos que al inicio estuvo la movilización caracterizada en su mayor cantidad, por lo que vendría a ser la izquierda, que no tenemos la fuerza que quisiéramos tener, pero ahí estuvimos. Después, cuando se consumó el día siguiente el golpe de Estado, vino a participar la juventud organizada que se moviliza por una narrativa de anticorrupción y antifujimorismo (…) Se trata del antifujimorismo, que es ese bloque amplio que integran intelectuales, organizaciones sindicales. Poco a poco se van moviendo más personas, pero no es en defensa de Vizcarra ni en un pedido a Merino. La consigna es clara, ‘Fuera Merino’, ‘Abajo el golpe’ y se comienza a escuchar otra consigna más estratégica: por una ‘Asamblea Constituyente’”

“Las personas lo vinculan a ese régimen neoliberal que tiene como asidero la constitución de 1993 y que fue labrada de manera autoritaria (...) La movilización y la lucha se está dando, no solo en Lima sino en todo el Perú, porque justamente con el confinamiento y el aislamiento social la gente se junta en sus barrios y distritos, eso es inédito en nuestra historia de izquierda (..). Y esto corre en paralelo a la presión ciudadana al Tribunal Constitucional que tiene que fallar si esta vacancia fue legítima o no”

“Más del 50 por ciento de los congresistas de este Parlamento están investigados en la Fiscalía por actos de corrupción y no tienen cara para hablar de una lucha anticorrupción que es la bandera que han usado.”

“Merino es un instrumento en este escenario, es un títere que llega a presidente por 5.000 votos. Perú tiene 30 millones de personas, y su partido sólo obtuvo 5.000 votos (..) Viene del partido de Acción Popular, que dicho sea de paso, esa organización política está en crisis por una disputa interna, y se han distanciado de él. Ha sido congresista anteriormente, y también su familia tiene investigaciones por actividades económicas muy sospechosas en la Amazonía peruana.(...) Si hay un grupo que puede sintetizar esos intereses a quienes representa Merino es una ONG, una asociación civil que se llama Coordinadora Republicana. Allí coincide todo lo peor, desde el fujimorismo hasta las grandes empresas mineras, pasando por el Opus Dei.”

Imágenes y videos: @marco_teruggi @fact_u @vallewxlls @yoonxlou