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Por Ailín Colombo
Para mantener viva la Memoria, para recordar por qué no dar un paso atrás, ante la necesidad de volver a dar peleas que considerábamos saldadas, llegó este segmento que busca recordar a los y las que nos marcan el camino. En esta entrega, recorremos la historia de Taty Almeida, actual presidenta de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora.
Así nació Taty Almeida
A fines de los 80’, una morocha de rasgos duros, ojos oscuros y profundos se acercó al edificio de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo acompañada de su hija. Hacía años que buscaba con desesperación a su hijo Alejandro, desaparecido en 1975. La morocha vio en la pared fotos de otros que ya no estaban, en ese momento se dio cuenta que no estaba sola.
A partir de allí, comenzó un largo andar hasta ser reconocida como Taty Almeida, presidenta de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora. Un andar por la Memoria, Verdad y Justicia que no se detiene a pesar de sus 94 años.
Infancia y juventud
Su nombre de nacimiento es Lidia Stella Mercedes Miy Uranga, hoy es conocida como Taty Almeida. Perteneció a la “familia militar”; su padre, Carlos Vidal Miy, fue teniente coronel de Caballería. A raíz de la profesión de su progenitor, pasó su niñez y juventud trasladándose de provincia en provincia.
Su madre, Alicia Uranga, provenía de una familia entrerriana de buena posición. Incluso, su tío Raúl Uranga llegó a ser gobernador de la provincia durante la presidencia de Arturo Frondizi.
Tuvo tres hermanos, el varón, Carlos, siguió la carrera militar, y sus hermanas, Alicia y Marta, se casaron con oficiales de la Aeronáutica. Taty fue la única en formar pareja con un civil, Jorge Almeida, quien también tenía hermanos en el Ejército.
“La vida empieza a los 40”
Taty se define como una “adelantada”. Pasó su matrimonio al cuidado de sus tres hijos, Jorge, Alejandro y Fabiana. Para criarlos, dejó de ejercer la docencia. Pero tras 16 años de casada, a los 40 años, decidió separarse.
Desde ese momento, volvió a trabajar fuera del hogar y se mudó al barrio porteño de Palermo. “Dicen que la vida empieza a los 40, doy fe. ¡Vaya si comenzó a los 40 mi vida!”, sostuvo Taty en el documental sobre su historia dirigido por Claudio de Sautu. Unos años después de su separación, a los 45, le arrebataron a su hijo e inició una etapa de lucha que no cesa.
Alejandro
Una noche de invierno de 1975 Alejandro no volvió a cenar. “Mamá, mañana no voy a trabajar porque tengo un parcial. Esperame que ya vengo”, fue lo último que escuchó Taty de la boca de su hijo. No regresó.
Alejandro fue desaparecido en junio de 1975 por la Triple A. El joven de sólo 20 años escribía poesía, estudiaba medicina y militaba en el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) – 22 de Agosto.
“Alejandro me parió a mí”, afirmó la Madre de Plaza de Mayo. Ella, como la mayoría de las Madres, tomó el apellido de su hijo desaparecido. Es que él parió la faceta de Taty luchadora, la que con su voz de tango y ya en silla de ruedas ilumina cada jueves la plaza.
Alejamiento de su entorno
Hasta que desaparecieron a Alejandro, “vivía en una burbuja”, afirmó Taty en diversas entrevistas. No sabía sobre la militancia de su hijo ni qué pasaba en el país en relación a la represión estatal.
Ella definió a su entorno de entonces como “gorila”, rodeada de militares. Golpeó las puertas de los cuarteles en busca de socorro. Pensó que los uniformes que conocía la ayudarían a que le devuelvan a Alejandro: Agosti, Galtieri, Camps, recurrió a todos. Incluso, llegó a entrevistarse con Jorge Arguindegui: “los únicos culpables son los peronistas”, le respondió. Ella asintió crédula.
En su ingenuidad, festejó el Golpe de 1976. Pensó que le devolverían a Alejandro. Poco a poco sus ojos comenzaron a abrirse.
Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora
Su llegada a Madres resignificó su búsqueda. Pasó del martirio individual a la lucha colectiva. Comenzó así su vida como militante por los Derechos Humanos.
Fue entonces que, a fines de los 80’, por debates internos, la Asociación de Madres se dividió, Taty se ubicó junto a Línea Fundadora. Esta facción quedó sin financiamiento y locación. En un primer momento, el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) de Adolfo Pérez Esquivel les prestó una oficina, pero necesitaban tener su propio espacio.
Con esa meta en mente, Taty se puso al frente de la Comisión Pro Casa, cuyo objetivo fue la recaudación de fondos para el nuevo espacio. Organizaron diversos festivales, recitales y obras de teatro.
En 2001, la comisión logró llenar el estadio Ferro con invitados como Joan Manuel Serrat, Víctor Heredia, entre otros. Gracias a ese histórico concierto que se celebró bajo la lluvia, lograron recaudar lo necesario para la nueva casa.
Para “frenar el aparato mediático del gobierno”
“Me fascina hacer radio” manifestó Taty ante Página 12. Desde hace unos años, conduce “¿Qué me contás?” junto con Charly Pisoni – miembro de H.I.J.O.S –, hoy en la AM 750. Además, cuenta con experiencia como columnista en Radio Nacional.
Taty considera a la radio como otra expresión de militancia. Aseguró que “tenemos que frenar el aparato mediático que tiene el Gobierno, repetidor de su política de odio”.
Seguir de pie
Almeida tardó años en animarse a acercarse a Madres, pero una vez dentro su aporte fue fundamental. Tan así que en 2024, fue nombrada como presidenta de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora.
Con la radio y las calles como trinchera, Taty levanta en alto la bandera del “Nunca Más”. Aún a sus 94 años, su fuerza no claudica, como dicta su máxima, la que repitió en más de una ocasión: “a pesar de los bastones y las sillas de ruedas, las locas seguimos de pie”.