Un año sin Facundo Molares: militante muerto por la represión policial

Por Ailín Colombo

Hoy se cumple el primer aniversario de la muerte de Facundo Molares Schoenfeld, militante popular fallecido producto de la represión policial de la Policía de la Ciudad en pleno centro porteño. A un año de su fallecimiento, recordamos su legado de lucha.

Molares participaba junto a movimientos sociales de una protesta contra lo que denominaban la “farsa electoral”, a días de las elecciones PASO en Argentina. Durante el operativo, efectivos de la Policía de la Ciudad lo redujeron violentamente, lo que provocó su descomposición y posterior fallecimiento. 

No hubo avances en la investigación, por lo que en julio pasado, la querella integrada por Revolución Popular – organización en la que militaba Molares –  desistió de la denuncia por homicidio a la vez que manifestó maniobras de encubrimiento por parte de la fiscalía y el poder judicial.

¿Quién era Facundo Molares?

Facundo Molares Schoenfeld era oriundo de la zona oeste del conurbano bonaerense. Su padre fue delegado sindical del Hospital Ciudadela durante la última dictadura cívico-militar. Su vida estuvo marcada por un fuerte compromiso con la militancia. Durante su adolescencia, se trasladó a Chubut con su familia, donde comenzó su activismo en la Federación Juvenil Comunista. 

A los 26 años, participó en las revueltas sociales de 2001, un punto de inflexión que lo llevó a recorrer Latinoamérica. En Colombia, las historias de los campesinos desplazados lo conmovieron, por lo que decidió unirse a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Allí tomó el nombre de Camilo Fierro, pero todos lo conocían como “El Argentino”. En una entrevista con Canal Abierto comentó que cumplió en la guerrilla diversas tareas, entre ellas se desempeñó como organizador político de la comunidad. Y para Télam, poco antes de su muerte, manifestó que su participación en la insurgencia fue lo “más lindo que hizo en su vida”.

Prisión en Bolivia y Argentina

Tras dejar la selva, Molares se trasladó a Bolivia, donde comenzó a trabajar como fotoperiodista. Durante el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019, cubrió las manifestaciones para la revista argentina Centenario. Fue herido por balas de plomo en una protesta. Luego, fue detenido por el gobierno golpista de Jeanine Áñez, y permaneció más de un año como preso político en la cárcel de Chonchocoro. Logró ser repatriado a Argentina en diciembre de 2020.

De regreso al país, otra vez se encontró con la prisión. Mientras visitaba a su padre en Trevelin, localidad de Chubut, el 7 de noviembre de 2021 fue detenido por una circular roja de la Interpol. Colombia pedía su extradición para ser juzgado por presuntos delitos cometidos durante su participación en la guerrilla.

Pasó por los penales de Esquel y Rawson, mientras su salud se debilitaba, finalmente terminó detenido en el Penal de Ezeiza. Ocho meses tardó la Justicia Especial por la Paz colombiana (JEP), organismo que juzga los delitos cometidos durante el conflicto con las insurgencias, a favor de la libertad de Molares. Consiguió su libertad el 28 de julio de 2022.

Un legado de lucha

La vida de Molares fue un ejemplo de consecuencia militante, ni la cárcel pudo quebrar sus convicciones. Pasó sus últimos meses manifestándose a favor de todas las causas que le parecían justas. El día que salió en libertad, en la puerta del penal de Ezeiza suscitó “seguir adelante en la lucha hasta que nuestro pueblo sea digno y feliz, hasta que nuestro país y el mundo vivamos en armonía y fraternidad”.