Durante el 2021 se registraron 221 femicidios, según el Registro Nacional de Femicidios, Trans-Travesticidios y Lesbicidios del Observatorio Mumalá. Del total de los casos, 6 fueron trans-travesticidios. El informe toma los casos ocurridos entre el 1 de enero al 31 de diciembre del año pasado.

Parte de lo que arrojan las estadísticas es que el hogar sigue siendo de los lugares más peligrosos para las mujeres. El 65% de los femicidios se dieron en la vivienda de la víctima o la compartida con el agresor. El segundo lugar es ocupado por la vía pública, con el 13%.

El 12% por ciento de los femicidios fue perpetrado por miembros de las fuerzas de seguridad, de este porcentaje, el 32% utilizó su arma reglamentaria para cometer el crimen.

Fueron 18 los "suicidios femicidas", es decir, víctimas que fueron empujadas al suicidio a raíz de la violencia machista que sufrieron. De los casos más resonantes, el de Paula Martínez, que se suicidó en diciembre pasado tras años de exigir justicia como víctima de una violación grupal.

Las provincias con tasas más altas de femicidios por cantidad de habitantes feminizadas fueron Santiago del Estero, Formosa, Tucumán, Salta, Chaco y Neuquén, en ese orden.

La edad promedio de las víctimas es de 36 años. El 55% pertenecía al grupo etario entre 19 y 40, mientras que el 22% tenía entre 41 y 60 años.

A raíz de estos crímenes, 226 niños, niñas y adolescentes quedaron huérfanxs.

Es responsabilidad del Estado y los gobiernos garantizar el derecho a la vida de las víctimas de violencia patriarcal. Desde los feminismos exigen presupuesto para la prevención, asistencia y erradicación de las violencias.

A sólo seis días de comenzar el 2022, ya se registraron dos nuevas víctimas de femicidios. Se trata de Sandra Borda, asesinada por su ex pareja, y Yoselín Rodriguez, de 11 años. Cabe destacar que, si bien es importante contar con estadísticas certeras sobre la problemática, detrás de estas cifras existen mujeres con nombre, apellido e historias cuyos derechos fueron vulnerados.