|Por Leonardo Marcote *

En los últimos años la figura de María Claudia Falcone viene librando una nueva batalla. Una parte de la sociedad que la admira elige “celebrar su vida” antes que recordar, exclusivamente, su desaparición forzada. La fecha de su nacimiento, el 16 de agosto de 1960, está tomando fuerzas en los últimos años y como un tsunami incontenible militantes y periodistas de medios alternativos de comunicación evocan de manera especial su figura la fecha en la que la adolescente llegó al mundo.

Un mes antes de su desaparición, María Claudia había cumplido dieciséis años. La fecha de su nacimiento había quedado anulada por la de su secuestro, el 16 de septiembre de 1976. Su figura logró, una vez más, noquear a la muerte y el olvido y hoy, la fecha de su nacimiento en la ciudad de La Plata, es recordada con la misma intensidad que la de su desaparición. Dando lugar a otros testimonios que tienen que ver más con la cotidianidad de la adolescente que soñaba con ser una gran dibujante.

Por Emiliano Guerresi

María Claudia fue la militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) que ayudaba a alfabetizar en las villas de su ciudad, pero también fue la amiga de un montón de personas que la recuerdan con mucho amor y que conservan un sinfín de historias para contar. Gracias a ellxs fuimos descubriendo una parte de su vida que desconocíamos. Cada nuevo actor que fue apareciendo en los últimos años colocó una pieza más de su rompecabezas. Logrando así nuevas anécdotas o historias que la involucran.

Desde su niñez en compañía de Miriam, una de sus grandes amigas, a la cual le pedía que la acompañe a ver luciérnagas a las afueras de la ciudad porque a María Claudia le fascinaba ese espectáculo en la noche. Disfrutar de la compañía de Bernardo y juntos sentarse en la vereda de su casa para hablar horas de música. Verla apasionada dándose besos con Willie, y luego, pocos meses antes de su desaparición escribirle cartas de amor a Héctor, un compañero del Bachillerato Bellas Artes de La Plata que cuido muchísimo no involucrándolo en sus acciones del final. Pintando junto a Panchito “Perón o muerte” y también corriendo apurada a su casa para ponerse linda y salir junto a sus compañerxs a alguna peña. Fumar los primeros cigarrillos junto a su gran amiga Marocha, a la cual acompañó a la cancha a ver a Gimnasia y Esgrima de La Plata. María Claudia celebraba la amistad todos los días.

Los nuevos testimonios la pintan como una piba militante que amaba la amistad. Que no se podía quedar quieta ni un segundo y que alentaba a sus compañrxs de la UES a nuevas acciones, al mismo tiempo que salía corriendo emocionada para ir a ver un recital de Charly García. También celebrando su cumpleaños de 15 aunque su casa este siendo vigilada por fachos de la Concentración Nacional Universitaria (CNU). O preocuparse, aun en los momentos más duros de la represión por entregar a tiempo sus trabajos en el secundario. A 61 años de su nacimiento ya no quedan lugares oscuros para recordarla. Solo recordarla desde la resistencia y el amor que día a día brindaba.    


* Autor de “María Claudia Falcone. Políticas revolucionarias en bachilleratos de los años 70