|Por Antonella Giuso

En esta entrevista, José Rey, referente del Movimiento Peronista Autentico, nos comparte su visión sobre la coyuntura y las ideas que surgen desde las militancias para pensar un futuro distinto. Cómo afrontar las desigualdades estructurales que expuso la pandemia, el desempleo y la problemática habitacional. Nos cuenta sobre el proyecto de ley que impulsan, centrado en el acceso a la vivienda y la generación de empleo, “La Marcha al Campo”, donde proponen la repoblación de tierras fiscales y su uso para la producción agrícola, una alternativa con perspectiva de justicia social y ambientalismo popular.


Sobre el nuevo gobierno, expectativas y deuda externa

"Convocamos a los compañeros y compañeras a votar lo que desearan en tanto no votaran a Macri. Eso en sí era una definición, dejábamos abierta la expectativa para el que viniera" planteó el referente aclarando que siempre se manifestaron entendiendo la importancia de que termine el macrismo.

"Las organizaciones sociales no hemos podido construir fuerza política suficiente como para dar ese tipo de disputa, entonces independientemente de los grados de simpatía o no que tengamos por los distintos referentes nacionales, provinciales, municipales que asumieron los cargos, lo cierto es que, compartimos con el pueblo la esperanza de cambio. Los pueblos no pueden vivir sin esperanza, no se puede vivir sin expectativas de cambio y mejora, se hace imposible la vida y sobre todo la militancia. Desde la negatividad absoluta no se puede avanzar, y te lo dice alguien que ha sido muy crítico de los procesos políticos posteriores al menemismo", de esta forma resaltó que las expectativas de cambio y transformación están presentes en el comienzo de este periodo del actual gobierno.

"Uno siempre va a más, yo quisiera que efectivamente hagan cosas que no han hecho. Quisiera que tomaran decisiones respecto a la deuda externa por ahí distintas a las formas y las resoluciones que fueron tomando".

"Nosotros venimos planteando hace tiempo, en consonancia con Alejandro Olmos Gaona, que la deuda externa debe ser revisada seriamente, no nos paramos en el infantilismo de decir “no, no pagamos porque no queremos”. Lo que planteamos es que el país, el gobierno, tiene que llevar adelante y arbitrar los medios para generar una comisión, un equipo de notables, profesionales en este tema, para establecer cuál es la veracidad de los números que se le imputan al país en términos de deuda, eso no se ha logrado. No se han tomado ese trabajo y eso es una cuenta pendiente que tiene no sólo este gobierno, todos los gobiernos que los precedieron. Pareciera que el tema de la deuda externa es algo que nadie quiere indagar".

Pandemia y desigualdad estructural

El contexto actual nos arroja a tener que ver con los ojos más crudos las desigualdades que nos constituyen, le preguntamos a qué nos enfrentamos estructuralmente, y cuáles son las consecuencias sociales que se empiezan a vislumbrar.

"En ese sentido, la pandemia viene a desnudar un tremendo problema de naturaleza estructural, no solo en Argentina, sino en toda la región. Puntualmente en nuestro país, una enorme desigualdad. Las consecuencias sociales que se empiezan a notar con mayor vehemencia, el déficit de alimentos, gente que no accede a una alimentación correcta, que depende de lo que a veces llega del Estado a través de las escuelas, las orgas, municipios, o fuerzas armadas, en el caso de la pandemia, hay un déficit tremendo".

"Hay que aclarar otra cosa, en estos sectores los alimentos son de baja calidad nutricional, pero el gran problema madre es la tremenda concentración poblacional que hay en la periferia de Buenos Aires, los llamados primer, segundo y tercer cordón del Gran Buenos Aires, de igual manera que ocurre con menor intensidad en la periferia de Gran Córdoba, Gran Rosario, Gran Resistencia, por citar algunos ejemplos. Y eso tiene que ver con una falta de planificación del país, una enorme cantidad de población que no encontró destino en su lugar de origen y se fue en busca de una vida mejor a las grandes ciudades. No encontraron una mejor vida, sino una en peor condiciones que se viene agravando y se va a agravar más si no se toman las medidas al respecto".

Marcha al Campo

La Marcha al campo es un proyecto de ley para el acceso a la tierra en zonas rurales, en líneas generales plantea que personas o familias puedan asentarse y desarrollar proyectos productivos vinculados a la agricultura. En este sentido José Rey contextualiza un recorrido sobre este proyecto y a su vez lo relaciona con las experiencias de tomas que se estuvieron dando en los últimos tiempos.

"Hace muchísimos años venimos planteando una respuesta, “Marcha al Campo”. Quien comenzó con esta idea fue un compañero del MPA, Guillermo Gallo Mendoza es un hombre cercano a los 90 años, sigue siendo un activismo militante, fue ministro de asuntos agrarios de la gobierno de Oscar Bidegain 1973-1974, además un estudioso en la materia, ingeniero agrónomo. Ha dedicado toda su vida a estudiar esto. Además quien también formó parte del desarrollo de este proyecto fue Rubén Famá, abogado laboralista, investigó los antecedentes históricos y la implementación legal, construyendo los aspectos normativos y jurídicos  que finalmente está presentando la diputada María Rosa Martínez en el Congreso Nacional".

"La propuesta desde entonces se ha ido ampliando, mejorando, hemos escuchado otras voces, incorporado otras ideas y ahora hay un grupo de diputados que tomaron la propuesta y están intentando impulsar este proyecto de ley en el Congreso Nacional, a la expectativa de que salga. Es una ley que contribuiría sustancialmente a bajar la desocupación en la Argentina a partir de la utilización de tierras fiscales y bosques nativos, de utilización productiva; a la descentralización de estos conglomerados urbanos que son inmanejables" afirma.

"Casualmente charlabamos con los compañeros sobre cómo los medios están presentando esta toma que se dio en Guernica y nos acordabamos de otras experiencias de las que participamos y llegabamos a la misma conclusión: se lograron algunos avances, pero la calidad de vida siguió deteriorándose porque el Estado no ha podido sostener una política habitacional seria, están colapsados esos lugares. Quienes deberían ocuparse de este tema, en vez de pensar en términos represivos, deberían estar pensando en cómo se resuelve un drama tremendo que tienen una buena parte de la sociedad argentina, que es la falta de vivienda. Creemos que la Marcha al Campo podría ser un aporte en ese sentido".

Multiplicar panes y peces

En el cierre de este diálogo no se pudo dejar de mencionar y reivindicar los roles fundamentales que sostienen el día a día. La importancia de la solidaridad, el accionar de las organizaciones populares, los lazos políticos y los curas villeros que son tan medulares en una Argentina que viene golpeada hace mucho.

“Lo que hizo la pandemia fue profundizar ciertas acciones. En la militancia popular lo que genera la desigualdad es solidaridad y a su vez se lleva a la práctica con hechos concretos a través de sostener un comedor popular, acompañar a los trabajadores en su lugar de conflicto o sentarse a pensar, diagramar, planificar una Argentina distinta".

"En los barrios tratamos de aportar de esta manera, y allí vemos que también falta una planificación, los alimentos no llegan o no llegan a tiempo y si llegan no alcanzan y uno está en una disyuntiva tremenda. Saliendo de la lógica de dependencia del Estado, hay que valorar que en el marco de la solidaridad muchísimos compañeros que por suerte tienen trabajo, ponen del bolsillo lo que el Estado no brinda. ¿Cómo haces cuando tenes una olla donde entran 60 raciones de comida y viene el vecino número 61? ¿Es un tema de turnos? Te deja en un lugar tremendo, no podemos multiplicar panes y peces, hacemos lo imposible".

"Sin dejar de mencionar el rol de sectores la iglesia católica, fundamental, y se está viendo en las barriadas, sin desconocer el trabajo de otras organizaciones populares, e incluso otras confesiones religiosas, pero particularmente el rol de este sector de los curas villeros es heroico y algun dia deberá reconocer la historia, asumiendo riesgos tremendos, como el padre Bachi, asumió el riesgo de su propia vida. Más que perder la vida, desde una concepción cristiana, ofrendar".

"En los años 80 la organización que nos precedía y formábamos parte (Peronismo Revolucionario) tenía una consigna “donde haya un necesitado, tiene que haber un militante”. Lo tratamos de llevar adelante en épocas distintas a las que vivimos ahora, y en estos momentos también. De esta situación se sale con cuidados, distanciamiento social, pero sobre todo con solidaridad social. Ejercer la solidaridad y el derecho político que tenemos, la obligación de pensar un futuro distinto, en un mundo que está desprovisto de ideas y que solamente nos aferramos a consignas pintadas, de paredón.  Si hubiésemos tenido una forma distinta de planificar el modelo de vida, la ocupación territorial, el trabajo genuino, la infraestructura habitacional, esta pandemia hubiera causado daños, pero de ninguna manera el daño tremendo que nos está causando ahora y sin dudas seguirá”.