|Por Ailín Colombo
La ley que legaliza la práctica del aborto -aprobada hoy hace un año- es de las mayores conquistas que logró, a fuerza de décadas de lucha, el movimiento feminista. Fueron cientos de miles las mujeres y disidencias que acompañaron y festejaron, a pesar de la pandemia, la promulgación en la histórica jornada del 30 de diciembre del 2020. Si bien constituye un avance enorme en materia de salud sexual y (no) reproductiva, aún falta un largo camino para garantizar su plena implementación. De todo esto conversamos con Yamila Picasso, licenciada en Ciencias Políticas e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Según el Ministerio de Salud, que monitorea la práctica en todo el país, durante 2021 32758 personas accedieron la IVE de manera segura y gratuita
A un año de la legalización hay mucho que celebrar. Por primera vez existen cifras sobre la cantidad y la ejecución de abortos en Argentina. Según el Ministerio de Salud, que monitorea la práctica en todo el país, durante 2021 32758 personas accedieron a la IVE segura y gratuita en el sector público. Picasso caracteriza la ley como una "deuda de la democracia" para con las personas con capacidad de gestar. Es que gracias a ella, hoy pueden ejercer la autonomía sobre sus cuerpos sin los riesgos que la clandestinidad representaban.
Obstáculos en la implementación
A pesar de este enorme avance, existen todavía grandes obstáculos para la implementación. De acuerdo a Picasso, "hay provincias como Misiones, San Juan, San Luis, La Rioja, Corrientes, provincias que tienen grandes dificultades de acceso a la práctica, a los derechos sexuales y reproductivos de toda la sociedad. Igualmente se está trabajando fuerte en esos territorios". Y explicó que esto sucede porque "pasa por las voluntades políticas de cada gobierno provincial de qué manera se aplica esta ley."
"La mayor dificultad que tenemos es que falta difusión de la ley. Si bien muchas personas ya sabemos que tenemos esta ley, la realidad es que todavía toda la población no lo sabe", explicó la activista. Por otro lado, resaltó la importancia de la aprobación de la mifepristona por ANMAT, ya "que combinado con el misoprostol, hacen un aborto no sólo más efectivo, sino que también menos doloroso. También abortar sin dolor tiene que ser un derecho y no tiene porqué disciplinarnos con el dolor."
Otro de los obstáculos, es el afianzamiento de los sectores reaccionaron que lograron, de acuerdo con la Amnistía Internacional, 37 judicializaciones contra la IVE, aunque en general no prosperaron. De ellas, 32 buscaron la inconstitucionalidad de la ley. Además, en algunas provincias llevaron ante la justicia a profesionales de la salud por garantizar este derecho. Tal es el caso de Miranda Ruiz, médica de Tartagal (Salta) que estuvo detenida y fue procesada en septiembre pasado por realizar un aborto en el marco de la ley. La causa se centra en la supuesta falta de voluntad de la paciente de 21 años para realizar el aborto pero la denunciante es una tía de la joven.
"Los abortos inseguros siguen existiendo"
En el país existen más de 1200 profesionales de la salud en la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir, pero Picasso remarcó que "faltan cada vez más mediques que garanticen este derecho". Como ejemplo, relató cómo en su territorio de militancia, el conurbano bonaerense norte, en el partido de San Isidro, "hay una sola médica que garantiza las interrupciones legales y voluntarias". "También en municipios como San Fernando cuesta mucho, (...) junto con Vicente López y Tigre en donde la brecha de desigualdad es inmensa, (...) entonces los abortos inseguros siguen existiendo", detalló.
Redacción Resistencias
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Seguimos en campaña
Previo a la sanción de la ley, el movimiento feminista logró, durante el tratamiento del proyecto en el 2018, "la despenalización social del aborto, es decir, lograr un acuerdo social de que esta era una problemática de salud pública y que este era un derecho humano y era necesario legislarlo", sostuvo la activista. Es que antes de la legalización hubo que poner en la escena pública la realidad que se vivía en la clandestinidad de la práctica y la militancia feminista logró dar la discusión simbólica y política en los últimos años. Por último, Picasso señaló: "tenemos mucha tarea por hacer pero seguimos en campaña para poder colaborar y exigir la garantía de este derecho".