Hace 53 años, las expresiones de afecto entre personas del mismo género eran ilegales en los Estados Unidos, por lo tanto, miembros de la comunidad LGBTIQ solían reunirse en bares y discotecas gay.
En la madrugada del 28 de junio de 1969, la policía llevó a cabo una redada en el bar Stonewall Inn, ubicado en el barrio Greenwich Village en Nueva York.
Golpearon y arrestaron a 13 personas entre empleados y clientes por tener alcohol adulterado y no cumplir con las leyes del Estado, aquellas que exigían el uso de una "vestimenta apropiada" y un "comportamiento adecuado" en establecimientos públicos.
Los disturbios comenzaron a raíz de la reacción que tuvieron los asistentes del bar al pedido de ayuda de una chica que fue golpeada por uno de los policías. Les lanzaron piedras y botellas, aquella violenta confrontación terminó con el incendio del edificio del bar, causado por quienes comenzaban a protestar contra el hecho.
Las protestas y manifestaciones continuaron 5 días después del incidente inicial, aumentando así el número de protestantes, y con ellos, también aumentó la bronca en la comunidad a causa de la violencia sistemática contra la comunidad.
La revuelta fue vista como la primera ocasión en la cual se hizo visible el poder de reacción que tenían los miembros de la comunidad al organizarse alrededor de una causa común. Se convirtió en un símbolo de resistencia y no tardaron en aparecer grupos como el Frente de Liberación Gay (primeros en adoptar la palabra gay) y la Alianza de activistas Gays.
Un año después de las confrontaciones de Stonewall Inn, miles de personas marcharon por las calles de Nueva York, caminando desde el bar hasta el Central Park. Aquel día fue llamado “Día de Liberación de la calle Cristopher”, la primera marcha del orgullo gay. La marcha se replicó también por las calles de San Francisco y Los Ángeles. Dos años después de la revuelta, el activismo de la comunidad se organizó en todas las ciudades norteamericanas y en varias ciudades del mundo.
El día de hoy, recordamos la histórica lucha por los derechos de aquellxs que se plantaron contra un sistema tradicionalista y heteronormativo por medio del “orgullo”; el amor que cada unx siente sí mismx y por otrx, el cual no debe verse afectado ni por su orientación sexual ni por su identidad de género.