Las jornadas del 13,14 y 18 de diciembre de 2017 fueron un punto de inflexión en el proyecto macrista que venía fortalecido por su victoria en las elecciones parlamentarias de mediados de aquel año y que si bien pudo sancionar la reforma previsional, tuvo q posponer su intención de realizar una reforma laboral e impositiva.
En la calle con las organizaciones populares a la cabeza, el enfrentamiento contra las fuerzas represivas apoyados por los cacerolazos nocturnos le puso un freno a aquel proyecto de los grupos concretados de poder, del establishment, del "círculo rojo", que representó el gobierno de Macri.
La represión ni los presos políticos de aquellas jornadas, como el caso de Sebastián Romero quien aún sufre la prisión domiciliaria, pudieron frenar a un pueblo que continuó ganando las calles, mostrando el camino, que finalmente las urnas harían conquistar, para derrotar a la derecha y su proyecto.