Por Ailín Colombo
El próximo 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, la organización social La Poderosa presentará en el Congreso un proyecto de ley para reconocer a las cocineras de los comedores comunitarios como trabajadoras asignándoles un salario por su tarea y otorgándoles los derechos laborales correspondientes. El reclamo es parte de las reivindicaciones históricas de los movimientos sociales.
En el último informe del Renatep (Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular), la mitad de los y las registradas trabajan en tareas sociocomunitarias. De esta cifra, el 70 por ciento sostiene comedores y merenderos populares. Por su parte, de acuerdo a un informe de Unicef, son 70 mil las cocineras de comedores populares en todo el país, de las que depende la subsistencia de alrededor de 10 millones de personas. Además, según el Registro Nacional de Comedores y Merenderos funcionan en el país más de 5 mil.
De las y los 3 millones 400 mil trabajadores registrados en el Renatep, sólo 1 millón recibe el programa Potenciar Trabajo cuyo monto es la mitad del salario básico. Entendiendo que el trabajador de la economía popular debería completar sus ingresos con lo que gana en su actividad, en el caso de las cocineras comunitarias su propia actividad no le genera otros ingresos. Por esa razón, el proyecto busca que el Estado les reconozca no sólo el salario, sino también vacaciones, ART y aportes jubilatorios, todos los derechos de un trabajador registrado.
Un informe presentado el mes pasado por la organización social Barrios de Pie concluyó que poco más del 48 por ciento de los niños y las niñas que concurren a sus espacios comunitarios tiene signos de mala alimentación. El sondeo se realizó en 16 provincias y en Capital Federal. Además, determinaron que el 20 por ciento de las y los menores de dos años presentan baja talla. Por otro lado, un estudio impulsado por La Poderosa y Unicef advirtió que dos de cada tres niños y niñas en Argentina (66%) se encuentran en situación de vulnerabilidad por privación de sus derechos básicos y/o pobreza.
Reclamo histórico
El reconocimiento de las cocineras comunitarias como trabajadoras es una reivindicación histórica de los movimientos sociales. La Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) reclaman desde inicios de la pandemia un Salario Social Complementario para las trabajadoras de los comedores, así como para todos los actores de la economía popular y, de esta manera, complementar los ingresos laborales perdidos por este sector. También, el legislador Gabriel Solano del Frente de Izquierda presentó en 2020 un proyecto para reconocer los derechos laborales de los y las trabajadoras de comedores comunitarios en la Ciudad de Buenos Aires.
El rol social de las cocineras comunitarias fue fundamental para paliar el hambre en diferentes momentos de crisis en el país, como los actuales. Un punto de inflexión en el reconocimiento de estas trabajadoras fue la muerte por COVID en 2020 de la cocinera Ramona Medina, de la Villa 31 y miembro de La Poderosa. Fue durante la pandemia que comenzó a ponerse en agenda la importancia de su papel, ya que además de dar de comer, se convierten en referentes de sus barrios.