En lo que va del año, uno de cada 10 trabajadores contrajo coronavirus. Exigen ser contemplados en la campaña de vacunación por ser trabajadores de riesgo. En este marco, charlamos con Héctor Cáceres, delegado y chofer de la línea.

Los trabajadores de línea 60 denuncian tener el 10 por ciento del personal contagiado de COVID-19 en lo que va del año, según Héctor Cáceres, conductor y miembro de la comisión interna. “En cuatro meses alcanzamos la cifra de contagios que tuvimos el año pasado”, sostuvo el delegado. En este contexto, realizaron un corte en Panamericana el jueves por la mañana en reclamo de su inclusión dentro del plan de vacunación por ser trabajadores de riesgo. Además, exigen el cumplimiento total de los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud en la empresa.

Debido a las condiciones de su labor, los trabajadores del transporte tienen una jubilación anticipada, a la edad de 55 años. Aún así, conforme a los estudios de la Comisión de Salud y Seguridad que integran trabajadores de la empresa, su expectativa de vida es de 60 años, es decir, que un trabajador presta servicios 30 años para morir cinco después de su jubilación. Además, de esta tarea se desprenden múltiples enfermedades laborales: obesidad, diabetes, hipertensión, problemas del corazón y asma, que pueden agravar un cuadro de coronavirus. Según analizó el Informe del Espacio Basta de Asesinatos Laborales, el rubro es de los más riesgosos con el 19 por ciento de las muertes dentro de los espacios de trabajo.

La empresa Monsa-Dota no cumple el total de medidas preventivas para evitar contagios. “Gracias a las asambleas de los trabajadores logramos organizar un protocolo interno pero no lo podemos implementar en su totalidad. Presentamos denuncias ante la Comisión Nacional de Relaciones de Transporte, la ART y Secretaria de Transporte para plantear que cuando había 100 casos por día en el país trabajabamos con la anulación de la puerta delantera y la mitad de los asientos disponible, pero ahora que tenemos 25 mil casos por día usamos todos los asientos y llevamos gente parada”, explica Cáceres.

Reclamo salarial

Además de las medidas sanitarias, los trabajadores exigieron ayer, durante el corte un aumento salarial, pretenden llegar a un sueldo de 100 mil pesos. “Las paritarias se tenían que haber cerrado en enero, estamos a casi finales de abril y todavía ni siquiera tenemos el 11,4 por ciento que nos deben del año pasado. Estamos cobrando un sueldo desfasado sin contar la inflación de este año”, denunció Caceres. También reclamaron la equiparación de los salarios del personal técnico y administrativo con el de conductores. “Las medidas de fuerza se van a ir incrementando, no nos va a quedar otra que tomar más medidas”, cerró el delegado.

Los trabajadores de la línea junto con su comisión interna tienen un recorrido histórico de lucha. Desde que comenzaron a organizarse, hace alrededor de dos décadas, lograron múltiples reivindicaciones por sus derechos como resultado de la organización obrera. Con un funcionamiento orgánico, democrático y la solidaridad entre sindicatos combativos impidieron en más de una oportunidad el avasallamiento por parte de la patronal y el Estado así como los aprietes de las patotas burocráticas. Por nombrar un ejemplo, en el 2015 lograron resistir y vencer el lock out de Dota tras 42 días de conflicto.