Córdoba vivió un par de días con calor. La reciente madrugada abrió los primeros vientos fríos. Es la 1 de la madrugada. Un horario de bajo tránsito y pocos peatones, más siendo un día hábil y en cuarentena. Estamos en una rotonda, en la Plaza de las Américas, muy cerquita del centro urbano cordobés. Para esa hora, un auto a alta velocidad se mete por esa rotonda. En ese momento, una bala policial ingresa por la parte de atrás. Es una de las tres o cuatro municiones expulsadas de, por lo menos, dos armas reglamentarias de la Policía. Esa bala, la que se inserta, se mete a su vez en el interior de uno de los cuatro viajantes. Esa víctima tendría 17 años de edad.
El auto avanza a unas cuadras más, cuesta arriba. Llega en las calles Chacabuco y Corrientes, pleno centro de cemento cordobés. El menor baleado de 17 años dejará de vivir.
Pasan todas las horas de la madrugada, con el vehículo detenido, y varios refuerzos alrededor. Bastó que llegara el mediodía, para que la fiscalía ordenara imputar a dos policías por "homicidio calificado agravado". No se sabe si el auto viajaba rápido para escapar de un control policial o porque escapaba de una moto que quería asaltarlos. Eso ya no importa, importa que hay alguien muerto y ya hay dos policías imputados. La justicia viaja más rápida que el viento, cuando la bala viaja en pleno corazón de cemento.
Texto: @lalunacongatillo