En lo que va del año se registraron 7 trans-travesticidios, según el observatorio Ahora que sí nos ven. Una cifra que, se aclara, no es exacta. Ni el Estado ni los medios de comunicación difunden los crímenes de odio ni las desigualdades económicas y laborales que atraviesa el colectivo travesti-trans.

Las situaciones de violencia van desde la exclusión social y el desempleo que deriva en que más del 80% de las personas travestis-trans sean explotadas sexualmente y lo que es peor:  asesinadas por correrse de identidades heteronormativas y genitalmente “correctas”.

Las vidas trans importan.
Y mucho.