| Por Ailín Colombo

La Justicia ordenó al Grupo Beltrán, dueño de la empresa, que acate la medida cautelar que reincorporó al trabajador Lucas Suarez a su puesto de trabajo. Aún falta la restitución del despedido Hugo Fiorini. En este contexto charlamos con el delegado Claudio Rivas sobre la lucha que llevan a cabo en la planta.

Los trabajadores de la planta de Danica, ubicada en la localidad bonaerense de Llavallol atraviesan diversos conflictos con la patronal desde el 2018, huelgas por paritarias, despidos e incluso dos lockout el año pasado. “La empresa nos viene extorsionando con que no puede pagar a pesar de que en el 2020 hubo un récord de producción. Los trabajadores estamos peleando contra una patronal que es una empresa muy fuerte, un grupo muy grande en Córdoba que maneja el monopolio de la carne, el grupo Beltrán, explicó el delegado Claudio Rivas. Entre las luchas que enfrentan se encuentran la exigencia de reincorporación de un despedido y que se respete el convenio colectivo de trabajo.

El Grupo Beltrán, que se autodenomina “el frigorífico más grande del país”, según Rivas, compró Danica a la multinacional brasilera BFR en el 2018. Además, manejan el mercado de la margarina, ya que son dueños también de las marcas D’Fiesta, Delicia y Manty. Desde la llegada del monopolio comenzaron los conflictos con los trabajadores, ya que el grupo aduce que no son competitivos los sueldos del convenio colectivo de aceiteros.

Rivas resumió el conflicto: “nosotros no venimos cobrando las paritarias actualizadas desde el 2018, tenemos un sueldo atrasadisimo. Estamos pidiendo la recomposición salarial y que la empresa reconozca a los delegados. Además, la empresa tiene una deuda con los trabajadores de un año y medio, ya que no ha pagado vacaciones y no quiso pagar aguinaldo. Están incumpliendo legalmente por todos lados.”

A pesar de las problemáticas, los trabajadores de Danica lograron el viernes que se hiciera efectiva, tras seis meses de lucha, la restitución del puesto de trabajo de Lucas Suárez, uno de los dos despedidos de la planta de Llavallol, junto a Hugo Fiorini. Ambos fueron despedidos de manera ilegal “con causas inventadas”, según el delegado. Estos despidos se dieron en el marco de un reclamo de los trabajadores por medidas sanitarias en el mes de abril. A modo de apriete, la patronal echó a cinco empleados que fueron posteriormente reincorporados y, al poco tiempo, volvió a despedir a dos de ellos. “Sabemos que son artimañas que tiene la empresa para que los trabajadores tengan miedo y no se organizan”, expresó Rivas.

A la victoria de la restitución de Suárez se le suma el cierre de paritarias a favor del gremio de aceiteros (la Federación de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores de Algodón - F.T.C.I.O.D y A.R.A) la semana pasada, luego de 22 días de huelga, pero Rivas resaltó que “se ha ganado una paritaria 2021 muy buena, pero nosotros seguimos peleando para que nos paguen las paritarias del 2019, 2020 y 2021”. Por otro lado, el delegado arengó que “a los trabajadores no nos van a doblegar tan fácil”. Cabe destacar que le ganaron a dos lock out empresariales (cierre de fábrica realizado de manera unilateral por la patronal) el año pasado.

“El Estado es muy pasivo, estamos en contacto con otros trabajadores de otras fábricas y nosotros vemos que hay muchas similitudes en los conflictos de los trabajadores, aparte por la pandemia, casi sin ayuda del gobierno. Nosotros sólo queremos trabajar y que nos respeten como trabajadores. Esperamos que este año se resuelva el conflicto porque es muy agobiante trabajar de esta manera”, cerró Rivas.