Ismael Jalil, referente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), en diálogo con AM750 señaló que en junio hubo, por lo menos, 18 personas asesinadas por agentes policiales en la provincia de Buenos Aires, es decir, un muerto cada 40 horas.

Además, habló sobre el caso de Lucas Verón, el joven de 18 años asesinado por la policía el viernes pasado, y comentó: “Estamos ante una práctica siniestra, habitual y, por tanto, sistémica que eso y no otra cosa es el gatillo fácil, que está incorporado al ADN de las fuerzas represivas, pero que está naturalizado, además, no porque constituyan los autores una manzana podrida o ser locos sueltos, sino porque hay una concreta acción u omisión por parte de otros estamentos del Estado, que les terminan garantizando impunidad”.