Por Ailín Colombo

Las y los feriantes de la plaza Tomás Espora de la localidad bonaerense de Temperley realizarán esta tarde una manifestación cultural y artística en denuncia del desalojo que sufrieron por parte del Municipio de Lomas de Zamora. El encuentro se dará a partir de las 15 hs en la misma plaza en la que brindarán una merienda popular y talleres de macramé, stencils, costura, manicuría, crochet, entre otros. Cabe destacar, que no sólo les quitaron su fuente de trabajo, sino que sus integrantes remarcaron en un comunicado que “es un lugar de contención, apañe y solidaridad”. La consigna principal de la actividad es “la autogestión y el arte no son delitos”.

La feria es más que un espacio de comercialización de productos, sus participantes la definen como un “circuito cultural, artístico y social”. Allí realizan actividades recreativas, practican acrobacias y malabares; cuentan con perchero solidario, actividades a la visera y  apañe a personas en situación de calle. Un claro ejemplo es el de Lucas. Él tiene una biblioteca popular itinerante que transporta a la plaza. Además de vender libros, su proyecto “invita a la lectura, la gente deja un libro y se llevan otro” destacó. Sobre el conflicto remarcó: “queremos resistir y que nos dejen trabajar en paz en este lugar”.

Según explicó Lucas, la feria es autogestiva y sustentable, es decir, que no cuentan con un organizador, no se cobran los puestos y que tiene una política de utilizar los recursos existentes para luchar contra la sobreproducción, por ejemplo, reutilizando ropa o libros. Además, relató que “surgió hace cuatro años con gente que venía a presenciar el espectáculo de circo, que tiene mucha convocatoria cultural. Después, se difundió con el boca en boca; gente que pasaba y le gustaba la energía del lugar, al domingo siguiente traía su manta. Surgió a través de la necesidad, hace años atrás la situación del país era muy particular”.


El desalojo

El conflicto con el municipio comenzó hace tres semanas. El 28 de febrero inspectores junto con nueve patrulleros desalojaron, cerca del mediodía, sin ninguna orden. Ante la protesta de las y los feriantes, uniformados sin identificación violentaron de manera verbal a las compañeras, incumpliendo la Ley Micaela. Dicha ley establece formación con perspectiva de género para los funcionarios públicos, pero el personal del municipio la infringe. Las y los trabajadores atravesaron una situación similar el domingo pasado. A pesar de no haber armado los puestos y haber realizar una ocupación pacífica de la plaza fueron hostigados por policías sin identificar.

La persecución data de hace tres meses. Sin justificación, personal policial pasaba por la feria a pedir DNI y filmar a los y las feriantes. Otra trabajadora del espacio, Vanina, expresó, “desde el municipio nos dijeron que no podíamos estar en la plaza porque no se puede vender en un espacio público; que estamos incumpliendo la ordenanza 5625, pero ni el inspector que vino el domingo pasado sabía de qué se trata”. La ordenanza que les entregaron impresa regula las actividades en comercios, no así al aire libre. Por otro lado, Vanina denunció la desatención de la plaza, “jamás el municipio puso una luz o una canillita para lavarse las manos; venís de un domingo para el otro y la basura es la misma”.