|Por: Ailín Colombo

Un trabajador de la central nuclear Atucha I murió electrocutado el 8 de septiembre pasado tras una explosión en la planta. Se trata de Juan José Zalazar, de 30 años, quien sufrió quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo. No se trató de un accidente, ni de un caso aislado: en Argentina muere un trabajador cada 7 horas por razones laborales, según el espacio Basta de Asesinatos Laborales (BAL).

El pasado viernes 9 de septiembre, como cada año, BAL se manifestó contra esta problemática a la Superintendencia de Riesgo del Trabajo (SRT) que recibió a los manifestantes con las persianas bajas y policías en la puerta. Es la sexta marcha organizada por sindicatos, cuerpos de delegados, así como trabajadores clasistas que exigen erradicar esta problemática.

¿Por qué asesinato laboral? El 9 de septiembre de 2016 murieron tres personas trabajando, sólo en Capital Federal. Diego Soraire, producto de una exploción en INTA; Richard Alcaráz, obrero de la construcción, tras un derrumbe, y David Ramallo, electricista de Línea 60, aplastado por un colectivo. Tenían en común la desidia patronal, por lo tanto, sus compañeros determinaron que no se trató de accidentes, sino de crímenes con responsables claros, los patrones.

BAL está compuesto “por familiares y compañeros de las víctimas de distintos sectores de trabajo cansados de ver morir trabajadores/as por la negligencia patronal” y cansados de reclamar y denunciar ante la SRT, que es el organismo estatal que controla las ART. La respuesta del Estado: persianas bajas.

“Cuando hacemos las denuncias entran en una vorágine burocrática, recién tenemos respuestas cuando hay movilización de los trabajadores”, expresó frente a la SRT Nestor Marcolin, chofer de línea 60, y  continuó: “entendimos que los muertos los ponemos los trabajadores para que las patronales se hagan millonarias y que teníamos que organizarnos para pedir justicia. En la vía judicial los trabajadores no lo vamos a resolver”.

¿Cómo lo resolverán? La respuesta la brindó ese viernes Ariel Godoy, trabajador neumático de FATE: “Creemos que tenemos que recuperar nuestros cuerpos orgánicos y avanzar en dar la pelea, no solamente por el salario y la vida digna que merece cada trabajador y trabajadora, también y fundamentalmente por las condiciones de trabajo y por la salud”.