|Por Mariana Di Mauro

Con empresas recuperadas de todo el país, hoy se llevará a cabo el Primer Encuentro Federal de Empresas Recuperadas, que tendrá lugar en la Cooperativa de Trabajo Aceitera La Matanza, en la localidad bonaerense de La Tablada, donde, entre otras cosas, se presentará el proyecto de Ley de Recuperación de Unidades Productivas, y se espera la participación del Presidente Alberto Fernández. En este marco, conversamos con Bruno Di Mauro, presidente del laboratorio recuperado Farmacoop y miembro del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), y Edith Garay, también integrante del MNER y trabajadora de la Cooperativa metalúrgica La Matanza.

Organizado por la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas y promovido, principalmente, por su dirigente, Eduardo “Vasco” Murúa, el evento “tiene como intención un primer encuentro entre el Estado nacional y los trabajadores y trabajadoras de empresas recuperadas de todo el país”, señala Bruno. La idea es que “diferentes funcionarios del Estado nacional, principalmente el Presidente de la Nación, pero también de todos los rangos, puedan reconocer a los trabajadoras y trabajadores de empresas recuperadas como un sujeto que se vio interpelado por las políticas que hubo hacia el sector, agrega.

foto: La vaca.org

Una ley por y para les trabajadores

El eje del Encuentro girará en torno a la presentación de la Ley de Recuperación de Unidades Productivas, hecha “desde las experiencias de las empresas recuperadas y redactada por trabajadores y trabajadoras”, resalta Bruno. Su principal objetivo es resguardar a las y los trabajadores que deciden recuperar una empresa en términos jurídicos y legales. Edith comenta que dicho proyecto, “plantea que podamos tener la seguridad jurídica para poder trabajar. Muchas veces, tenemos la mente ocupada en lo jurídico, porque es lo que nos permite poder seguir estando en el espacio de cada empresa recuperada, y esta ley nos permitiría poder enfocarnos en lo que es, por ejemplo, la comercialización y otras cosas que también son importantes dentro de cada empresa. Así que, básicamente, eso es lo que nos daría hoy un marco más cierto”.

foto: Laura Dalto

Los conflictos judiciales son los que mayor desgaste generan en las y los trabajadores que luchan por recuperar sus fuentes de trabajo. Según relata Bruno, ese tiempo entre que la empresa entra en quiebra, en concurso de acreedores o en un lock out patronal hasta que las y los trabajadores toman la gestión puede durar años y se convierte en un período “muy traumático, donde los trabajadores y trabajadoras no tienen ningún tipo de acompañamiento, pierden sus fuentes de trabajo y tienen que dar una pelea para convencer al juez que le toque en gracia de que les dé la posibilidad de continuar con la explotación de la empresa”. Por su parte, Edith explica: “En el transcurso de lo que es cada recuperación, hay una familia atrás que muchas veces se ve afectada o que no puede lograr acompañar el proceso, y que se termina rompiendo. Entonces, teniendo esta seguridad jurídica generaría en los trabajadores el ánimo necesario para encarar el proceso de recuperación de una empresa”.

Es precisamente para acortar esos tiempos y allanar el camino hacia la recuperación lo que proponen desde la Dirección de Empresas Recuperar y el MNER con la Ley de Recuperación de Unidades Productivas. La esencia está en que “se garantice que una vez que los trabajadores y trabajadoras de una empresa que se encuentra cerrada, en proceso de quiebra o siendo vaciada, deciden continuar con la explotación en formato cooperativo, el Estado se haga cargo de declarar a esa empresa sujeta a expropiación”, nos cuenta el trabajador de Farmacoop. En palabras de Edith, la idea es que “el Estado expropie estos espacios productivos y los ceda en comodato a los trabajdores conformados en una cooperativa, siempre y cuando el objeto de esta sea seguir produciendo”.

La letra de la Ley

Otro de los elementos que aborda el proyecto de ley obliga a las cooperativas a ceder espacios no productivos para “que se abran espacios de educación, de cultura, de deporte, de oficios”, explica la trabajadora de La Matanza. Esto refiere a la apertura de las fábricas recuperadas a la comunidad en donde se insertan y con la posibilidad de que las y los trabajadores aporten y produzcan, además, cultura y educación.

La Ley también contempla las condiciones en las que suelen quedar las unidades productivas luego del vaciamiento, ya que, tal como explica Bruno, la patronal “se va luego de un proceso de destrucción y degradación de la empresa”. Frente a esto, “la ley propone un capital inicial aportado desde un fondo creado específicamente para eso, que, rápidamente que se recupere una empresa, se pueda inyectar para la compra de materia prima, de maquinaria, la reconversión tecnológica de ser necesario y que se pueda iniciar el proceso productivo lo más rápido posible”, detalla el trabajador del laboratorio.

Además de respuestas concretas a las necesidades que deben enfrentar las y los trabajadores en estos procesos, la Ley discute la función social que tienen las empresas, la idea de la propiedad de las mismas y el rol que debe adoptar el Estado frente a esto. En este sentido, Bruno cuenta: “Acá lo que venimos a poner en juego es el concepto de propiedad social. Creemos que las empresas y las unidades productivas tienen una función social aparte de económica para sus propios beneficiarios, y el Estado debería ser garante de esa función social. Por eso, creemos que la empresa tiene que quedar a manos del Estado, gestionada por los trabajadores. Es decir, no pasa a manos de la cooperativa. Porque la cooperativa no deja de ser un instrumento privado, por eso planteamos que quede en manos del Estado”.

“Nos hemos ganado un espacio en el Estado Nacional”

“Desde la creación de la Dirección de Empresas Recuperadas, es la primera vez que el Estado las reconoce en su específicidad. Nunca había habido tanta política específica para el sector. Anteriormente, las empresas recuperadas entraban en algunas líneas de ayuda del Ministerio de Trabajo, del de Desarrollo Social o algún tipo de acompañamiento del Estado, pero de herramientas pensadas para otro tipo de cooperativas o unidades productivas. Esta es la primera vez que se crea un organismo del Estado que atiende a las empresas recuperadas. Aparte, está conducido por trabajadores y trabajadoras del sector, principalmente militantes del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas”, explica Bruno con respecto a la importancia de la creación de la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas y de este primer encuentro federal. “Lo que vamos a hacer es manifestar nuestro respaldo absoluto e incondicional a la gestión que llevó adelante el Vasco Murúa. La idea es que este instrumento continúe en el tiempo trascendiendo la figura del Vasco o de este gobierno en particular”, resalta.

Para el presidente de Farmacoop, que exista la Dirección, que esté conducida por trabajadores y trabajadoras y que hoy estén presentando esta Ley en conjunto con empresas recuperadas de todo el país, es producto de la pelea que vienen dando como colectivo desde hace años: “Lo que ha pasado con las empresas recuperadas es que nos hemos ganado un espacio en el Estado Nacional. Somos parte de este Gobierno, pero lo que se ha logrado ha sido a costa de utilizar bien el pequeño espacio que tenemos y los recursos que se nos asignan, y a fuerza de trabajo se han ido consiguiendo diferentes beneficios a partir de gestión y políticas”.

En relación a la importancia de la organización para exigir, canalizar y capitalizar demandas específicas para el sector, hoy se presentará, también, parte del trabajo que viene desarrollando la Dirección junto con el INAES: el Registro Nacional de Empresas Recuperadas (ReNacER). Según relata Bruno, lo clave de este avance es que es “el primer registro oficial que tenemos sobre las empresas recuperadas. Ese siempre es un problema, definir el continente cuando se va a solicitar alguna medida particular para el sector. La idea es tener un registro de cuáles son las empresas recuperadas que hay en el país reconocidas por el Estado”. En caso de que se apruebe la Ley en cuestión, las empresas estarán obligadas a inscribirse en este Registro.

“Los trabajadores y las trabajadoras queremos ocupar un rol cada vez más central”

En síntesis, la Ley de Recuperación de Unidades Productivas trae consigo un abanico de respuestas concretas a las problemáticas que atraviesa el sector. Es por esto que Edith plantea: “Si no sale esta Ley, la situación la vemos bastante complicada. Tenemos muchos pedidos de desalojo, y si no sale, estas cooperativas van a estar en el horno. Es fundamental para las cooperativas que ya están, como así también para las que se van a seguir formando”. "Esta Ley no es nueva por más que siempre decimos que nos identificamos con un gobierno popular, muchas veces no llega a serlo del todo y la Ley no termina saliendo o directamente ni siquiera se la trata, porque se juegan muchos intereses", denuncia la trabajadora. “Nosotros no les estamos pidiendo más que lo que nos corresponde, que el Estado se haga responsable de lo que hicieron los empresarios que no fueron controlados por éste. Que nos den en comodato las empresas, nosotros las podemos manejar”.

Parte del valor que tiene que esta Ley se sancione está en el reconocimiento de este sector que desde hace más de veinte años se organiza para seguir generando puestos de trabajo. Es por esto que, tal como expone Bruno, el Encuentro Federal de hoy tiene como finalidad, en parte, “demostrar que si bien estamos agradecidos y estamos conforme con lo que se ha hecho desde el Estado, todavía hay deudas pendientes para acompañar a las empresas recuperadas. Principalmente, una de esas deudas pendientes y la más grande es el proyecto de Ley de Recuperación de Unidades Productivas que vamos a estar presentando y que buscamos que tenga el mayor apoyo posible de parte del ejecutivo y de la política en general”.

“Los trabajadores y las trabajadoras queremos ocupar un rol cada vez más central. Y así como este gobierno se compone, si se quiere, de tres patas, creemos que una cuarta pata tiene que ser la de los trabajadores y las trabajadoras en todas sus expresiones: formales, estatales, de la economía popular, desocupados. Pero bueno, ese lugar lo vamos a tener que ir ganando a fuerza de lucha, de gestión y de trabajo. Nosotros creemos que hemos hecho los méritos necesarios para que se reconozca esta ley y se apruebe, y podamos dar una vuelta de página con lo que tiene que ver con las empresas recuperadas, y podamos utilizar esas fuerzas para seguir trabajando en otras cuestiones que tenemos postergadas desde el movimiento obrero”, concluyó Bruno.