Por Leonardo Marcote

Muchos militantes que lucharon contra el neoliberalismo de los años 90, no dudan en afirmar que el “Matanzazo” fue la antesala del estallido final del 19 y 20 de diciembre de 2001.

El corte de ruta que duró 18 días, entre 6 y el 24 de mayo de 2001. Tuvo como principales protagonistas a la Corriente Clasista Combativa (CCC), la Federación Tierra y Vivienda (FTV) y a La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). El hecho fue de los más representativos y sirvió para visibilizar las distintas protestas que se estaban llevando a cabo en el resto del país.

Las agrupaciones políticas, junto a los movimientos sociales, le exigían al gobierno de Fernando de la Rúa respuestas inmediatas a sus reclamos: apertura del hospital del kilometro 32, 100 mil kilos de alimentos, 20 mil planes sociales, 4 hospitales móviles y medicamentos.

“Después del ‘Matanzaso’ pateamos un hormiguero que se transformó en lucha a lo largo y ancho del país, y seis meses después el pueblo en las calles terminaba con el duhaldismo y el cavallismo”, recordó Luis D’elía del (FTV)

En el momento en que las agrupaciones deciden cortar la Ruta 3, a la altura de Isidro Casanova, La Matanza. La pobreza superaba el 50% de la población y 7 de cada 10 personas estaba harta de su clase política y exigía una renovación de nombres y cargos en el gobierno. El “Que se vayan todos” comenzaba a echar raíces en un país saqueado y con una desocupación record, luego de 10 años de privatizaciones y de políticas neoliberales que llevaron a la quiebra a miles de fábricas en todo el país.

“¿Por qué fue tan importante ese corte? Porque se ganó. No hay nada más importante para animarse a avanzar, que un triunfo. Pelear siempre peleamos. Hicimos grandes luchas, todas de resistencia. Pero hubo un hecho transcendente en esos 18 días, y es que se ganó”, recordó Víctor De Gennaro (CTA).

Luego del levantamiento del corte, el pueblo entendió que no sólo podía enfrentar al neoliberalismo, sino que podía vencerlo.

El “Matanzaso” le devolvió al pueblo la esperanza que había perdido. Hasta ese momento la mayoría de las manifestaciones terminaban en represión y muerte: las protestas en Plaza Huincul y Cutral Co, Neuquén, que terminaron con el asesinato de Teresa Rodríguez; en Tartagal y General Mosconi, en Salta, también hubo muertos y heridos; en Corrientes murieron dos manifestantes por balas recibidas de la policía; también en el conurbano, en Florencia Varela y La Matanza.

Esta vez, la gente en la calle le torcía el brazo al gobierno: La Matanza tuvo su propio “argentinazo”.

“Queremos recordar el ‘Matanzazo’ como un triunfo de la clase trabajadora, un hito en la historia del movimiento obrero y alumbrar un tiempo de esperanza para un tiempo de transformaciones profundas por soberanía, trabajo, producción y justicia”, dijo Hugo “Cachorro” Godoy (CTA).

Todavía queda mucho por contar sobre este plan de lucha que fue histórico para el campo popular. No abundan las notas o informes sobre el “Matanzaso”. Seguramente la victoria del pueblo en la calle puso nervioso a los grandes medios de comunicación y decidieron ocultar el triunfo de la militancia organizada.