Con 55 votos a favor, 1 en contra y 6 abstenciones, el cupo laboral travesti-trans es ley en Argentina. Tras haber obtenido media sanción en la Cámara Baja el pasado 10 de junio, el proyecto de ley fue aprobado esta tarde en el Senado.

La ley entiende por "personas travestis, transexuales y transgénero a todas aquellas que se autoperciben con una identidad de género que no se corresponde con el sexo asignado al nacer". El escrito comprende el decreto presidencial que destina un 1% de la planta del sector público a personas travesti y trans, pero lo amplía con incentivos para contrataciones en el ámbito privado y el acceso a créditos para emprendimientos de personas LGBTIQ+, aún para aquelles que no hayan realizado el cambio de DNI. Además, contempla medidas para garantizar una completa formación educativa, dada la dificultad que tienen las personas travesti-trans para finalizar sus estudios y capacitaciones que luego repercute en el acceso a un empleo.

El colectivo travesti-trans es de los más vulnerados y marginados de la sociedad, a tal punto que su expectativa de vida es de un promedio de 35 años. Esto se debe, en parte, a la falta de oportunidades a la hora de conseguir un trabajo. Hasta el 2014, según un estudio realizado por la agencia Presentes y el colectivo Economía Femini(s)ta, sólo el 18% habían logrado acceder a un trabajo formal y el 80% está o estuvo en situación de prostitución.

Hoy, la militancia travesti-trans consiguió una victoria histórica en materia de derechos. Si bien todavía falta mucho camino por recorrer, esta ley es un avance fundamental hacia la real inclusión de la comunidad y una mayor igualdad de oportunidades.