Si hablamos del Día Mundial del Agua, la resistencia popular chubutense es referencia obligatoria. Desde el 2002, el pueblo de Chubut se enfrenta a los embates del lobby megaminero en complicidad con los gobiernos de turno y lucha para que la soberanía de su provincia no sea devorada por el extractivismo feroz y transnacional. Bajo consignas como el #ChubutAGUAzo y #ElAguaValeMásQueElOro los y las vecinas se mantienen en un constante estado de alerta en defensa de su territorio y del agua. En este marco, Revista Resistencias conversó con Marta Sahores, licenciada en química y parte fundante de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina de Esquel.

Imagen: ANRed

-Hace meses que las asambleas de vecines resisten al proyecto de ley de zonificación minera que impulsa el gobernador Mariano Arcioni y están logrando posponer su tratamiento, ¿cuáles son los próximos pasos del pueblo chubutense para seguir resistiendo?

Es un proyecto de ley que no tiene ningún aval. Hemos hecho denuncias en la justicia porque el gobernador se arroga el poder de definir ese tipo de cosas sin ningún tipo de consulta y habiendo prometido antes de las elecciones que no iba a haber megaminería en Chubut, es decir, falseó hasta su propia promesa electoral. Pero además de eso, falsearon una investigación científica del CONICET que había hecho Guillermo Velázquez, que inmediatamente hizo la denuncia.

No tiene licencia social, no hubo consulta previa e informada a las comunidades aborígenes, según el artículo 169 de la OIT. Después de haberla presentado, como vio que había muchas cosas en contra, pretendió hacer unas mesas de trabajo que las organizó a último momento. Pretendió que fueran la universidad, las iglesias, el CONICET, etc. Nadie fue y además todos ellos se manifestaron en contra, no sólo del proyecto sino de la manera en que estaba actuando el gobernador. Así que no pudieron sesionar porque la calle está que arde, la gente no quiere la megaminería y lo manifiesta no sólo en Esquel, sino en toda la provincia.

-Acerca de estos temas surgieron argumentos como el del “ambientalismo bobo” o la discusión en torno a la relación desarrollo-ambientalismo, ¿Cuál es tu mirada al respecto?

Eso lo vienen insistiendo desde que empezaron aquí en el 2002. Como que el desarrollo es la minería y que los ambientalistas, o los ambientalistas bobos o eco-terroristas somos tontos. No somos tontos, hemos manifestado siempre con argumentos científicos por qué estamos en contra.

Yo di conferencias sobre el cianuro, metales pesados, ácidos, usos del agua y la energía. Además, aprendí en la misma lucha, que tampoco es desarrollo. Porque, aparte de que van a pagar sólo un 3% a boca de mina por todo lo que se roban, porque se lo llevan del país, ni siquiera lo tratan acá, tiene exenciones impositivas hasta decir basta, se les devuelve, incluso, el 5% por exportar por puertos patagónicos. Así que al final les pagamos para que nos roben.

Pero aparte de eso, un argumento que me parece fundamental: nombrenme un pueblo que haya sido minero, que sea próspero, que tenga desarrollo. No existe en el mundo. Y si no, miremos Catamarca, San Juan, Santa Cruz. Hay ejemplos de sobra de que no solamente contamina, como fue en San Juan, que hubo derrames tremendos, sino que además son pueblos que son más pobres que antes. La ayuda del Estado es enorme para compensar lo mal que están.

Aparte, todo lo que es trabajo en la tierra o con los productos naturales, el agua mismo, bueno, todo eso se va al diablo con la megaminería. Entonces, de desarrollo no me hablen, muéstrenme un pueblo que esté desarrollado después de la megaminería.

-Desde tu formación académica y tu experiencia defendiendo la causa, ¿Cuáles dirías que son las principales consecuencias de instalar la megaminería en la región?

Desde contaminación química hasta contaminación social. Secar aún más la provincia, porque tiene un solo río. Violan hasta la ley de glaciares. Los incendios que hubo la semana pasada en la Comarca también tienen que ver con la megaminería. No puedo afirmarlo, pero es una sospecha muy grande, porque han sido seis incendios al hilo, uno detrás del otro, y es un caminito que tiene que ver con los proyectos mineros.

La contaminación social es evidente, la tenemos desde que quisieron instalarse acá, hace 18 años y medio. Separación de grupos sociales, los del sí, los del no. Son muy pocos los del sí, pero bueno. Aumento de los alquileres, aumento de prácticamente todo. Siempre donde hay mejores sueldos, también hay suba de precios. La contaminación social es muy fuerte. Hasta puede haber prostitución, drogas y demás. No la tenemos todavía, por supuesto.

-¿Qué respuestas les dan desde el gobierno provincial frente a estos argumentos?

Nosotros presentamos en dos oportunidades la Iniciativa Popular (IP), que es un proyecto de ley que se puede presentar si juntas más del 3% del padrón electoral de firmas. Presentamos en el 2015 y en el 2020. La del 2015 nos fue robada. No la trataban y hasta fuimos a la legislatura a dar conferencias, porque nosotros hemos investigado y tenemos trabajos científicos a montones. Tienen seis meses para tratarla y recién el último día que tuvieron para tratarla, la trataron. Hasta hay una foto de un legislador, Muñiz, que recibía órdenes por el celular, del gerente minero, Berardi. Una compañera le sacó una foto donde se ve cómo le decía. Esa foto salió en todos los diarios, sin embargo no pasó nada. Eso es corrupción hasta decir basta. Ahí nos cambiaron todo el espíritu de la ley. Tal es así que, al mes y medio, el gobernador Das Neves vetó esa ley trucha, como le llamamos nosotros. Nosotros pretendíamos que anularan la sesión, no que la vetara, pero por lo menos la vetó.

El año pasado juntamos 30.916 firmas, que es mucho más que el 3%, creo que es el 9%, y presentamos de nuevo la IP con algunos cambios. Nosotros no sólo queremos que eliminen el proyecto de zonificación, sino que se trate y se apruebe la IP que está firmada por toda la provincia, incluso la meseta, que dicen que en la meseta están todos a favor porque necesitan trabajo. No es cierto, hemos ido varias veces a la meseta, sabemos perfectamente que hay muchísima más gente que está en contra.

También hay coimas sabidas y hasta denunciadas. Hay una diputada peronista que denunció que había coimas muy grandes, habló de hasta 10 mil dólares. Después, Sebastián López, del PRO, lo dijo frente a la prensa, es decir, está en los noticiosos, diciendo “bueno, yo quiero que me paguen 100 lucas por hacer lobby minero”. Es decir, es alevosa la corrupción que hay en este momento.

Aparte, hace 3 años que la gente no cobra en tiempo y forma. Hace más de un año que están debiendo entre dos y tres meses a todos los empleados de la provincia, incluido el personal médico, con la pandemia. Los únicos que no están incluidos son la policía, que nos tienen que reprimir. Esto que pasó en el incendio fue tremendo porque han ido a las casas de nueve compañeros de la Asamblea de la Comarca a buscarlos y les han iniciado procesos, como si ellos hubieran estado en la tirada de piedras, cuando no hay ninguna prueba.

-Con respecto a esto y a las denuncias sobre infiltrados de la UOCRA en la visita del presidente Alberto Fernández, ¿hubo alguna novedad?

A la UOCRA la tenemos desde el 2002. La UOCRA reprimió en Rawson en el 2012 y ahora se metieron, porque había gente de las asambleas que estaba ahí, haciéndole saber al presidente que no queremos la megaminería, pero de buenas maneras. Nosotros hemos hecho 18 años de luchas pacíficas, si eso no demuestra que somos pacíficos… bueno. Puede ser que haya algún descolgado, no te digo que no. Pero los de la UOCRA se metieron ahí a hacer lío, a empujar y a hacerse los que eran de la asamblea y tirar piedras. Es más, hay un chico que se llevaron que ni siquiera había estado en la convocatoria, no había estado en el lugar. Se lo llevaron detenido y lo procesaron. Lo dejaron libre, pero procesado por desacato a la autoridad. Estamos en una situación difícil. Hemos estado en situaciones difíciles antes, hemos tenido bastantes luchas, pero las vamos ganando, la montaña sigue aquí gracias a su gente, porque estamos en las calles. Y ahora estamos programando para el 22, que es el día del agua, el 23, que es el día del plebiscito, y el 24, que es el día de los derechos humanos, todos esos días vamos a estar en las calles y en toda la provincia.