|Entrevista por Filomena Maturana

Se cumple el segundo aniversario de la desaparición forzada de Facundo Castro, el joven que fue visto con vida por última vez por la policía bonaerense en un retén de la localidad Mayor Buratovich, y sería encontrado sin vida 107 días después.

En este marco, Revista Resistencias conversó con su mamá, Cristina, sobre el estado de la causa, la destitución de la jueza y el trabajo por delante con el nuevo juez a cargo. También, compartió su lucha diaria en búsqueda de memoria, verdad y justicia, habló de la importancia de la figura del desaparecido en nuestro país, del rol de los familiares y del Estado.

¿Cuál es el estado de la causa?

La causa está en estado probatorio. El año pasado, 23 de diciembre más precisamente, logramos remover a la jueza María Gabriela Marrone. Casación nos dijo que no sólo no realizó su trabajo como corresponde, sino que entorpeció la causa.

Es así que no habíamos podido avanzar mucho. A partir de ahí,se designa un nuevo juez  -Walter Ezequiel López Da Silva- y estamos tratando de recuperar todas esas pruebas que habían sido negadas por la doctora Marrone. Sabemos que el tiempo hace que las pruebas se borren, y no podemos encontrar lo mismo que hubiéramos podido encontrar año y medio, casi dos. Hay pruebas que se han pedido, pero siempre hay algunas que se pueden recuperar, y en eso estamos, en la parte probatoria.

Es difícil porque estamos a muy poquito tiempo de que asumió este nuevo Juez, y la causa tiene miles de fojas, entonces hasta que él se empape de todo eso, lleva su tiempo. Pero ya está trabajando, y tuvimos una reunión hoy que se trataba justamente de esto, en qué estado está la causa. Porque la causa nunca se detuvo, siguió avanzando. Además, pedimos algunas medidas probatorias y encausarnos en qué vamos a hacer de ahora en más: si vamos a implicar y ya tener pedidos de detenciones. Todo esto, con todas las pruebas que ya tenemos y hemos pedido.

¿Hay tiempo estimado en las respuestas de parte de la justicia?

No, todavía hay algunas cosas que llevan su tiempo, como ADNs, algunas pericias que necesitan más tiempo y especialidades. Inclusive, estamos sumando a un perito de parte en estos días, a ver si podemos también ayudarlos a ellos. Los tiempos de ellos no son los tiempos de los familiares, pero el hecho de que sigamos avanzando significa que no estamos quietos y seguimos peleando.

¿A partir de la destitución de la Jueza, encontraste que se agilizaron los tiempos?

Si, a partir de la salida de la doctora Marrone ha habido cambios y avances importantísimos. Pero todavía estamos en etapa probatoria, dos años y seguimos así, gracias al enredo que nos hizo la Doctora. El trato con los fiscales siempre ha sido excelente y respetuoso, ya que hemos trabajado en forma conjunta. Y en este momento, estamos adecuándonos y empezando a trabajar juntos con el nuevo Juez, que recién empieza y nos trata también con respeto. De las únicas personas que encuentro maltratos, falta de humanidad de entender que hay una madre buscando a su hijo, es de la Doctora Marrone y de Ulpiano Martinez [anterior fiscal de la causa]. Hoy en día, nos encontramos trabajando en equipo y buscando la verdad, como siempre debería haber sido.

Yo siempre digo, no espero un trato diferencial y que me digan que tengo la razón, busco que sean transparentes y justos; que busquen la verdad y nos den un poco de justicia. Con discusiones y entre dichos, pero también siempre terminamos todos abrazados, aprendemos todos los días. Esto no es algo que lo traigamos incorporado las personas comunes, esto es algo que te pasa y te enfrenta con vos mismo, con la sociedad, con la justicia. No lo pedimos, nos tocó.

¿Qué representa el Estado para vos?

El Estado para mí representa el enemigo. El enemigo que está detrás de todo esto. El enemigo que avala, el enemigo que protege. Lo veo como mi enemigo. La persona que no me representa a mi. Después de una desaparición seguida por muerte debería agilizarse y trabajar con transparencia. No lo han hecho así y detrás de cada desaparición forzada seguida por muerte está un Estado que avala, un ministro de justicia que avala a un superior, un superior que avala a un policía.

Acá, los únicos expuestos somos nosotros. Los únicos perseguidos y denunciados somos los familiares que luchamos por una cuota de justicia. Entonces, a mí el Estado no me representa, como ciudadano común no me representa.

¿Qué hay detrás de la muerte de Facundo?

La muerte de Facundo es el odio a las juventudes, es el odio al pibe con visera, es el odio a la otra clase. Es el odio. Partamos desde ahí. Desde el odio lo mataron a Facundo. Porque si uno no odia de la forma en la que ellos odian, no mata a otro ser humano que no está haciendo nada. Y de ahí vienen los encubrimientos. Ahí aparece el Estado, primero y principal, el poder político que avala todo esto, y así suben las cadenas de mando hasta arriba. Negaron, incluso, la desaparición, negaron el homicidio. Es grande la cadena.

Cada uno de los desaparecidos, son desaparecidos del odio. Porque un ser humano con coherencia y corazón no desaparece y mata a otro ser humano. Lo hacen desde el odio. Es el odio de clase.

¿Qué representa para vos la palabra desaparecido?

A nosotros nos desaparecieron los hijos. A mi en particular, me lo desaparecieron, lo mataron, torturaron, y a mi me están desapareciendo todos los días, y así de a poco nos van desapareciendo a los familiares. Nos van hostigando, quebrando, hasta que dejemos nuestras luchas. Lo que no saben es que a nosotros ya nos mataron cuando mataron a nuestros hijos, nos torturaron cuando los torturaron a ellos, y lo que tienen enfrente ya no le teme a nada, y como no le tememos a nada, seguimos en la lucha para que ningún otro papá tenga que vivir lo que vivimos nosotros.

Un desaparecido es eso, no es solamente desaparecer a la persona, es desaparecer a sus padres, sus amigos, desaparecerlos de la vida todos los días. Todos los días nos vamos apagando un poquito, y todos los días nos levantamos y decimos “hoy es la última vez que desaparecen a Facundo”.

Ellos creyeron que desapareciendo a un pibe callaban una vida, pero las almas libres no mueren, renacen todos los días. También en aquellos que los recordamos y levantamos su bandera y pedimos que sea por última vez. Que se acabe este odio de raza, este odio de colores de piel, este odio tan encausado en las fuerzas policiales, este odio que viene de la dictadura. Es una vena más de la dictadura, que no supieron cómo cortar y que hoy nos ha arrebatado la vida de miles de pibes. Y no es justo para la sociedad. Y también, en cuanto la sociedad le reclama a las autoridades de turno, te desaparecen un poco más. Te maltratan, te humillan, ensucian tu causa y a tus hijos, y eso también es desaparecernos un poquito más. Nos van desapareciendo con el desaparecido.

¿Qué es para vos la resistencia?

Justamente tenemos un grupo de familiares que se llama Resistencias. Porque nosotros resistimos. Resistimos a esto, resistimos a que nos desaparezcan. Nos resistimos a que nos saquen de la lucha, a que nos dejen sin justicia y nos pisen la cabeza y sigan matando nuestros pibes.

Resistir es el aguante y lo hacemos todos los días. Desde que abrimos los ojos, hasta que nos acostamos, y nos acostamos pensando en resistir un día más, hasta llegar a la justicia. Nosotros resistimos, y bancamos y salimos y resistimos en la lucha y en que el poder no nos gane. Sabemos que esta resistencia no nos va a traer a nuestros hijos de vuelta, pero sí nos va a traer un poco de justicia. Resistimos para sobrevivir.

¿Cómo le gustaría a Facundo ser recordado?

A Facu le gustaría ser recordado resistiendo, en las calles, luchando, en la lucha diaria, poniéndose en el lugar del otro. Porque ese era él.  Yo creo que a Facu le hubiera gustado ser recordado con alegría, pero siempre en la lucha, resistiendo con el puño en alto. Venceremos. Y algún día venceremos.

La mejor forma de recordarlo es sabiendo que discutió y fue en contra de lo que estaba mal. Sabemos perfectamente que no los podemos traer de vuelta. Les pueden dar mil años de prisión, y no los traemos de vuelta, pero el día que tenga justicia va a ser el día que Facu descanse en paz. Y así también recordarlo en la calle, en la lucha, en las pintadas, en los murales, en las batucadas y los ruidos de tachos. En el reclamo de la gente por un mundo mejor.

Dada la coyuntura y todos los hechos que nos atraviesan, ¿cómo se mantiene la memoria activa?

Con educación. Yo digo que la persona que no vive para servir, no sirve para vivir. Y en eso va la memoria, la memoria no la tenemos que perder nunca, la memoria tiene que estar en cada pueblo. Un pueblo que pierde la memoria está condenado a repetir las mismas historias. En la memoria va todo, no hay que olvidar lo que pasó. Hay que recordarlo todos los días.

Con el grupo de Facu sabemos que estas luchas son grandes, estas luchas son largas. Nos van desgastando a nosotros, los familiares, que somos los más interesados en tener justicia. Imaginate al resto que tiene que vivir su día a día, al resto que tiene que salir a trabajar, al resto que tiene que llevar comida a su mesa.

Los tiempos son tiranos, nos envuelven en esta crisis que estamos viviendo que es grandísima y nos van separando. Porque las personas tienen que ocupar sus días en sus trabajos, en su cotidianeidad, tienen chicos en el colegio, algunos de los amigos de Facu son papás, otros tienen que trabajar más horas de las que trabajaban antes porque no llegan a fin de mes. Se va desgastando y vamos quedando menos. En el medio hubo muchas traiciones de mucha gente que utilizó el nombre de Facu para hacerse ver, para generar un poco de dinero o simplemente para figurar.

Gracias a Dios yo soy apolítica, yo veo a las personas como personas. Ya cuando vienen con el cuento de “te quiero proponer…”, no, no me propongas nada, vení y hacé, que las cosas hechas se dicen solas. Y la banderita política me la van dejando de la puerta para afuera. Yo atiendo personas, no atiendo políticos. Eso dejenlo para otro momento. Así que vamos quedando menos, pero siempre quedamos los que estamos en búsqueda de verdad y justicia, que es lo importante. Podemos ser tres, pero estos tres vamos a ir con la frente en alto pidiendo verdad y justicia, hasta llegar a eso no vamos a abandonar.

¿Algo más que quieras agregar?

Solamente decir a los jóvenes que se cuiden mucho. A los papás, que piensen que el que está enfrente de ustedes es al que le tocó, porque esto es una ruleta. Hoy me tocó a mi. Algo que no pedí, algo que me forzaron a hacer porque me mataron un hijo. Y que piensen que mañana les puede tocar a ellos. Y es lo que tenemos que evitar. No tenemos en esta Argentina leyes que protejan a los muertos, no tenemos leyes que nos digan “este policía, este personaje está nombrado en una causa, vamos a desafectarlo momentáneamente hasta que se aclare su situación”. No lo tenemos, nuestros muertos no tienen leyes que los amparen. Y a los vivos nos siguen matando a los niños todos los días.

A los padres: a prestar atención, a no abandonar las luchas. Y a la justicia: abrir los ojos. Porque nos están dejando sin los jóvenes, que es lo más importante, que son el futuro de ésta Nación. Nos los están arrebatando de una forma tan violenta y asqueante que ya los padres no soportamos más. Estas nuevas generaciones de padres: cuiden mucho a sus hijos y sepan que si pasa nuevamente algo de esto, que sigue pasando día a día, donde un muerto tapa a otro, acá estamos el grupo de familiares, siempre, para apoyar, para acompañar y para enseñarte, como me enseñaron a mí, cuál es el camino. El camino de otros al menos nos ha servido de experiencia a nosotros. Estamos acá.