|Por David Pike

Les trabajadores de la salud de manera autoconvocada continúan luchando tras 22 días de paros y cortes de ruta en toda la provincia de Neuquén, tras conocerse una nueva oferta salarial han flexibilizado algunos cortes y liberados aquellos que bloqueaban el yacimiento de Vaca Muerta. La lucha se inició cuando las bases desconocieron el acuerdo paritario firmado por la conducción del gremio, ATE Neuquén, con el gobierno provincial con un aumento de apenas 15% firmado en febrero.

Tras largos días de lucha, este domingo se conoció una nueva oferta del gobierno provincial con un aumento del 53% en holgadas cuotas hasta fin de año y el pase a planta permanente, otro de los reclamos, de más de mil trabajadores.  El gremio ATE Neuquén volvió a aceptar la oferta, pero las y los autoconvocados organizados en asambleas intrahospitalarias lo rechazaron, piden una mejora de los plazos y que no les descuenten los días de paro.

La noticia se hizo eco en los medios nacionales hegemónicos por la paralización de Vaca Muerta, producto de los piquetes en la localidad de Añelo, los cuales se han levantado en las últimas horas. Según las camas empresariales, las pérdidas ascienden a 300 millones de dólares, lo que muestra la fuerza que tiene este histórico método de lucha de les estatales y los movimientos populares. En la provincia hay más de 20 cortes de ruta que se fueron flexibilizando en las últimas horas producto de las negociaciones y para amortiguar el impacto en la población local.

Este conflicto repercutió en una curiosa medida que continúa vigente por parte de camioneros chilenos afectados por los piquetes neuquinos que decidieron cortar el paso a Tierra del Fuego, por lo que esta provincia se encuentra aislada.

Con la cabeza de los dirigentes


La situación de Neuquén es una alerta para todes les dirigentes gremiales y sociales, las bases han desbordado a la conducción. ”El pueblo marchará con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”, es una célebre frase de Perón que debe estar retumbando en la cabeza de Carlos Quintrique, titular de ATE Neuquén, opositor a la conducción nacional de ATE, quien firmó el primer acuerdo desconocido por las bases en el mes de febrero. Quintrique está alineado en la CTA de los Trabajadores, referenciada con Hugo Yasky.

Este dirigente se burló de las y los autoconvocados afirmando que son “como bailar con un elefante, no sabes si agarrarlo de la cola o de la trompa porque no tiene forma”, generando la autoidentificación de les trabajadores de la salud con esa denominación y tras firmar el último “acuerdo” volvió a provocar, “evitamos un cementerio de Elefantes”.

Los condicionantes de la situación sanitaria producto de la pandemia sumado a los de un gobierno frentista que ha incorporado en su interior a vastos sectores de las organizaciones populares y la amenaza de una derecha desestabilizante con expresiones fascistas, han generado cierta actitud conciliadora en las expresiones mayoritarias del movimiento combativo que en los últimos años condujo la dura resistencia contra el macrismo.

A la espera de la pospandemia, con la necesidad de atender la emergencia en las barriadas populares y la amenaza latente de la desocupación, las organizaciones gremiales y sociales se han visto entendiblemente condicionadas, ya sea para expresar con fuerza genuinos reclamos o mismo para radicalizarlos, siempre es sano analizar las coyunturas y las relaciones de fuerza.  Los hechos de Neuquén pueden leerse como la respuesta a una mala conducción gremial o ser la expresión del desborde de una situación latente de fondo que más temprano que tarde puede estallar, huérfana y sin dirección.

Lo cierto es que si en algún lugar de nuestro país sucederían estos hechos tenían que ser en Neuquén. Si hay hay una provincia combativa, con una gran experiencia de lucha es la provincia de Carlos Fuentealba, de les docentes de ATEN; la de Teresa Rodriguez, de les vecines de Cutral Có con su pueblada; la de Zanon, de les ceramistas con su gestión obrera; la del pueblo mapuche, de les originaries que recuperan sus tierras; y ahora, de los Elefantes, de les trabajadores de la salud.


Foto de portada: LMNeuquén