|Por Ailín Colombo

Se cumple un nuevo aniversario del asesinato de la activista y referente de la lucha travesti-trans en Argentina, que cumplió un papel fundamental en la promulgación de las leyes de Identidad de Género y de Cupo Laboral Travesti-Trans.

Hace cinco años le arrebataron la vida a Amancay Diana Sacayán, la trava, originaria, feminista, abolicionista y conurbana; su vida representó la lucha por los derechos del colectivo travesti-trans, que impulso desde el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L), del que fue fundadora y presidenta. M.A.L tiene el objetivo de promover la inclusión social, laboral, educativa y sanitaria del colectivo de disidencias sexuales e identitarias.

Además, Diana tuvo injerencia en la promulgación de la Ley Nacional de Identidad de Género, en 2012, fue una de las ideóloga del Cupo Laboral Travesti-Trans y formó parte del Programa de Diversidad Sexual del Inadi. Para Sacayán, que tenía 39 años al momento de ser asesinada, el acceso al trabajo de su colectivo fue una de sus principales banderas, por ejemplo, así como impulsó leyes, fue fundadora de cooperativas como la “Sylvia Rivera”, dentro de CTA. La cooperativa fue “un avance importantísimo en el logro de los derechos efectivos de la población travesti, porque por primera vez nos encontramos casi 200 personas para impulsar la búsqueda de empleo y por consiguiente, lograr una mejor calidad de vida", aseguraba Diana en Telam.

Ella también fue la primera travesti en ser candidata a la Defensoría del Pueblo en el 2012. Escribió para el suplemento Soy de Página 12, que ese día los y las concejales la definieron como un cuadro político. “Con sólo escuchar esa frase yo me vengué en paz de ese policía que en el calabozo me golpeó (…). El tipo me pedía que dijera que estaba arrepentida de ser puto, que gritara que sentía vergüenza. Y lo que hice fue tirarle un escupitajo”.

Sacayán fue asesinada el 11 de octubre del 2015 a puñaladas en su departamento del barrio porteño de Flores por Gabriel David Marino. El asesino fue sentenciado, por el Tribunal Oral 4 a “prisión perpetua por homicidio agravado por violencia de género y odio a la identidad de género”. Este juicio fue el primero en presentar el término “travesticidio” en los expedientes.

Su asesinato tiene un gran impacto sobre el colectivo travesti, porque si bien todas las muertes son significativas no es un dato menor que ella haya sido una defensora de nuestros derechos”, enfatizó su hermano y también activista trans, Say Sacayán. Sobre el caso, otra importante referente de la comunidad, la ya fallecida Lohana Berkins al enterarse del travesticidio expresó: “¿Cuántas veces se investigan los asesinatos de las travas?”. La sentencia por el asesinato de Diana es histórica en este sentido.

Fue travesticidio

El pasado 2 de octubre, la Justicia golpeó la memoria de Diana. En un fallo de la Sala 1 de Casación, en el que se reafirmó la condena a perpetua de Marino, se eliminó el agravante de “travesticidio”, que señala el aspecto de “crimen de odio” del asesinato.

Para M.A.L este fallo es “arbitrario, contradictorio, de un carácter de suma crueldad para el colectivo travesti-trans” ya que “la Cámara dice que Marino mató a Diana por mujer trans, con violencia de género, en un contexto de violencia estructural hacia las travestis, transexuales y transgénero pero sin transfobia”, así como ignora la identidad de Diana.

En marzo pasado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoció la sentencia del Tribunal Oral 4 que incluyó el término “travesticidio” como “un
procedente importante en Latinoamérica en la adopción de las medidas necesarias para aplicar los estándares de debida diligencia en la prevención, investigación y sanción de la violencia basada en la orientación sexual, identidad y expresión de género y diversidad corporal”.

Cabe recordar, que el colectivo travesti-trans en Argentina tiene una expectativa de vida de 35 años (40 en las estadísticas más optimistas) debido a la falta de acceso laboral, educativo, a vivienda y salud. Además, son explulsades de sus familias a la edad promedio de 13 años por expresar su identidad de género.

Yo vengo de uno de los colectivos más marginados en nuestro país, la comunidad travesti hoy en Argentina tiene un promedio de vida de 32 años, el 84% no logró llegar a la secundaria y apenas el 64% pudo pasar por la primaria y entre ellos algunos otros datos alarmantes como, por ejemplo, entre el 90 y 95% se encuentra aún viviendo de la prostitución. Más allá que el contexto social y político para nosotras ha cambiado”, afirmó la misma Diana.