Hoy cumpliría 100 años León Ferrari, quizás el artista más irreverente de nuestro país. En su obra, de fuerte contenido político, habita la crítica a la religión católica (principalmente a su institución, la Iglesia), totalitarismos y guerras.

En 1965 presentó un Cristo de santería crucificado sobre un avión de guerra estadounidense bajo el título La civilización Occidental y Cristiana. Esta obra, que denunciaba lo acontecido en Vietnam, fue censurada, atacada por la crítica y perdida. En 2007, esta misma obra ganó el León de Oro en la 52º Bienal de Venecia.

En 1976, ya con el Golpe de Estado consumado, debió exiliarse junto a su familia a Brasil. Su hijo Ariel es uno de los tantos desaparecidos durante la dictadura.

En 2004, su retrospectiva en el C.C. Recoleta fue blanco de ataques de grupos católicos, como así también de la Iglesia misma, que definió a la exposición en palabras de su cardenal Bergoglio, actual Papa Francisco, como "una blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad".

Una de sus últimas obras se dio a conocer en 2012, al cumplirse 35 años del secuestro, asesinato y desaparición de Rodolfo Walsh. El Espacio Memoria y Derechos Humanos inauguró la instalación artística "Carta Abierta a la Junta Militar”, a partir de una idea de León Ferrari. La obra, que quedó montada en el “Bosque de Eucaliptos”, frente al Casino de Oficiales de la ex ESMA, consiste en una instalación de catorce paneles de vidrio con la transcripción completa de la Carta Abierta de Walsh.

León supo decir, "ignoro el valor formal de esas piezas [sus obras]. Lo único que le pido al arte es que me ayude a decir lo que pienso con la mayor claridad posible, a inventar los signos plásticos y críticos que me permitan con la mayor eficiencia condenar la barbarie de Occidente; es posible que alguien me demuestre que esto no es arte: no tendría ningún problema, no cambiaría de camino, me limitaría a cambiarle de nombre; tacharía arte y la llamaría política, crítica corrosiva, cualquier cosa”.