Desde hace trece años en Argentina cada 7 de marzo se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica en memoria a Natalia “Pepa” Gaitán, quien fue asesinada por Daniel Torres en el 2010. Pepa tenía 27 años, era militante social y activista LGBTIQ+, y fue asesinada por el padrastro de su novia en Parque Liceo, un barrio de la periferia de la ciudad de Córdoba.

Torres fue condenado a catorce años de prisión bajo el cargo de “homicidio simple agravado por uso de armas de fuego”. El fallo no hizo mención al crimen de odio que implicó el asesinato dada la orientación sexual de Pepa. “La mataron por lesbiana”, fue el grito de su madre Graciela Vázquez y de las organizaciones que acompañaron el pedido de justicia.

Otro caso de lesbo-odio que tuvo grandes repercusiones ocurrió el 16 de octubre del 2016, cuando Eva Analía de Jesús, “Higui”, fue atacada por una patota que la golpeó e intentó violarla al grito de “Te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana”. Al intentar defenderse, Higui hirió a uno de sus agresores ocasionándole la muerte. Ella fue condenada por homicidio simple y estuvo presa durante ocho meses. Gracias a la presión social y a la lucha feminista, finalmente fue absuelta en marzo del 2022.

El de Pepa fue un caso emblemático en cuanto a la visibilización de la discriminación y la violencia ejercida sobre las mujeres lesbianas no sólo por sus agresores, sino también por la Justicia. Años más tarde, el caso de Higui volvería a poner sobre la mesa la falta de perspectiva de género en la Justicia y la sistemática culpabilización hacia las diversidades.

Se hizo justicia: absolvieron a Higui
Luego de más de tres horas de audiencia, los jueces del Tribunal Oral en loCriminal 7 de San Martín adelantaron los alegatos y el veredicto: fue absueltade la causa por “homicidio simple” tras defenderse de una violación grupal“correctiva” el 16 de octubre de 2016. “Yo también me

Desde las organizaciones feministas y LGBTIQ+ sostienen el reclamo porque el factor de odio, en este caso, a la orientación sexual sea tenido en cuenta en los juicios y en las condenas. Esto, a su vez, se enmarca en dos consignas claves que reivindican las militancias feministas desde hace años, la Ley Micaela en los tres poderes del Estado y una reforma judicial feminista.

Por Lita.Ce